La intensidad de contactos diplomáticos de esta semana no parece estar dando muchos frutos, aunque las ventajas iniciales se están reduciendo para Rusia. También repasamos lo que le faltó al Tratado de Maastricht. Y la historia con final feliz de un cocodrilo con el cuello atrapado en un neumático.
PUBLICIDADEn el Estado de la Unión de esta semana repasamos los últimos acontecimientos en la crisis entre Ucrania, la OTAN y Rusia. El frenesí diplomático no parece haber conseguido, de momento, muchos frutos. De todas maneras, según algunos expertos, Rusia está perdiendo su inicial ventaja en el enfrentamiento: ya no cuenta con el elemento sorpresa y los aliados se muestran unidos para responder de diferentes formas ante una hipotética invasión de territorio ucraniano.
Se ha cumplido estos días el treinta aniversario del Tratado de Maastricht. El economista Thomas Wieser, que fue presidente del grupo de trabajo del eurogrupo durante la crisis financiera de 2008 y 2009, ha defendido los beneficios de pertenecer a la moneda única a pesar de que haya sido un proyecto incompleto. Recuerda que uno de los artífices del pacto le contó que incluyeron cuestiones importantes como la unión fiscal y bancaria en el texto original, pero los políticos les obligaron a retirarlas.
Por último, una de las noticias que nos devuelven la fe en el ser humano. En una isla de Indonesia, la iniciativa de un joven consiguió algo que parecía imposible: quitarle a un cocodrilo salvaje un neumático que aprisionaba su cuello desde hacía cuatro años.