Emmanuel Macron y Marine Le Pen simbolizan dos formas opuestas de entender el papel de Francia en la UE.
PUBLICIDADLas elecciones presidenciales francesas entran en una nueva etapa. El cara a cara entre el actual presidente el liberal Emmanuel Macron y la candidata de extrema derecha Marine Le Pen simboliza dos proyectos fundamentalmente diferentes que chocan. Empezando por la Unión Europea. "Podemos escoger la esperanza, el 24 de abril, podemos escoger a Francia y Europa juntas", defiende Macron.
El candidato Emmanuel Macron defiende el proyecto europeo. Pero no muestra el mismo fervor que hace cinco años, ya que ahora necesita atraer los votos de la euroescéptica izquierda radical.
"Creo que tiene que tener en cuenta la lógica de la segunda vuelta, que implica una transferencia de votos, especialmente los de la izquierda de Jean-Luc Mélenchon. Así que el euroescepticismo no sólo está en la extrema derecha, también está extendido en la izquierda. Y en sus últimos discursos pidió una reunión de socialdemócratas y neogaullistas, que no son precisamente fervientes federalistas europeos", apunta el investigador de la Universidad Libre de Bruselas, Christophe Sente.
Aunque Marine Le Pen ya no habla de salir del euro, ni siquiera del proyecto europeo, su programa sigue siendo profundamente euroescéptico. "Restauraré la soberanía de Francia en todos los ámbitos, es decir, la libertad de los franceses para decidir por sí mismos y defender sus intereses", asegura Le Pen. El programa de su partido, Agrupación Nacional, se opone a los compromisos europeos de Francia.
"Marine Le Pen cuestiona algunas de las obligaciones de Francia y se plantea, por ejemplo, restablecer los controles fronterizos de las mercancías, lo que restablecería las fronteras dentro del mercado único, algo que no puede ocurrir, es contrario a los tratados. Su política migratoria, por supuesto, también estaría muy en desacuerdo con los compromisos europeos y la asociación con otros estados miembros", insiste Eric Maurice, de la Fundación Robert Schuman.
En esta campaña se oponen dos visiones de Francia, pero también dos visiones de Francia en Europa.