El controvertido viaje de Olaf Scholz a China: ¿es el mejor momento?

El canciller alemán Olaf scholz, durante una reunión del gabinete en Berlín, el miércoles 14 de septiembre de 2022
El canciller alemán Olaf scholz, durante una reunión del gabinete en Berlín, el miércoles 14 de septiembre de 2022 Derechos de autor Michael Sohn/AP
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Por Christopher PitchersEuronews en español
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El viaje del canciller alemán a Pekín tiene lugar pocos días después de que Xi Jinping amarrara un nuevo mandato al frente del gigante asiático.

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El Canciller alemán, Olaf Scholz, viaja esta semana a Pekín en lo que está resultando ser un viaje muy controvertido. Y es que este tiene lugar en un momento en el que la Unión Europea busca reducir su dependencia de países como China, considerada a la vez por el bloque como un "socio" y "un rival sistémico".

Para el diputado belga Samuel Cogolati, sancionado en 2021 por China, el momento elegido por Scholz es más que cuestionable: 

"Creo que si Ucrania nos ha enseñado algo, es que somos más fuertes cuando, como europeos, nos mantenemos unidos", opina Cogolati. "Cuando los 27 hablamos juntos con una misma voz. Y está claro que no será así si Scholz va por su cuenta para representar a su país. Es realmente desafortunado", lamenta el político belga.

Huir de la "ingenuidad"

La Comisión Europea advertía recientemente a los Estados miembros de "no ser ingenuos" cuando se trata de inversiones chinas en infraestructuras críticas europeas. Unas palabras que bien podrían referirse a Scholz, que la semana pasada permitía a China comprar una participación en el puerto de Hamburgo, un centro comercial crucial en Europa.

Una de las líneas de pensamiento en Berlín es la de apuntalar las relaciones entre Bruselas y Pekín, pero algunos expertos consideran que el viaje responde más a los intereses alemanes que a los de la Unión.

Andrew Small, miembro del grupo de expertos en política German Marshall Fund, se muestra claro al respecto: "Todo el mundo dice que es el momento de reducir las dependencias de China, o por lo menos de no hacerse más dependiente y enredarse en un sistema económico chino que está entrando en esta especie de ambiente de lucha ortopédica", recuerda Small. "Y creo que eso es lo que todavía desconcierta un poco a la gente sobre este viaje, porque todavía no se ha dado un mensaje claro sobre cuál es la intención de todo esto".

Xi Jinping acaba de asegurarse un histórico tercer mandato como presidente chino que con casi toda seguridad le permitirá gobernar de por vida. Un punto importante que a buen seguro Olaf Scholz tiene muy presente.

Las tensiones entre Pekín y Taiwán representan igualmente un enorme desafío para el entendimiento entre ambos presidentes, perfectos representantes de dos maneras, sobre el papel, radicalmente opuestas de ver el mundo.

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