Menos cantidad pero más caro: así es la reduflación

Un cliente comprando en un supermercado.
Un cliente comprando en un supermercado. Derechos de autor Mel Evans/AP
Por Christopher Pitchers
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La inflación ha hecho que muchos productos en los supermercados sean cada vez más pequeños aunque su precio se mantenga o incluso encarezca.

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Con la inflación en Europa en los niveles más altos de las últimas décadas, todos los ciudadanos han visto como sus tickets de la compra aumentaban. Pero quizás no todo el mundo se ha dado cuenta de un fenómeno conocido como reduflación, es decir, cuando el precio de un producto se mantiene pero se reduce su tamaño.

En algunos casos, incluso se aumenta el precio a la vez que disminuye su cantidad.

La Asociación Neerlandesa de Consumidores, ha estado recopilando pruebas y ha encontrado varios ejemplos.  "Sobre este [una botella de sirope] en particular hemos tenido muchas quejas. La botella se redujo mucho, de 750 ml a 600 ml, y el precio sólo bajó 10 céntimos. Es una diferencia enorme. Este [una caja de cereales] también se redujó mucho, de 500 g a 375 g, y el precio bajó 40 céntimos. Este también y además tienes que comprar más, por lo que habrá más cajas. Y este [un paquete de mantequilla] en realidad subió de precio. Pasó de 600 g a 500 g. Así que es un poco menos, pero el precio subió de 1,85 a 2,49 euros", ha asegurado la portavoz de la asociación, Joyce Donats.

La reduflación no es ilegal, pero las asociaciones de consumidores piden que tanto los productores como los supermercados avisen cuando se produzca un cambio así.

En los Países Bajos, los clientes lo notan. "Es una idea de mercado inteligente, pero ¿qué podemos hacer? Sólo somos números aquí en Países Bajos", ha asegurado un cliente. 

Parte del problema es que los productores y los supermercados se echan la culpa mutuamente. Ninguno de los dos asume la responsabilidad, lo que significa que es poco probable que la situación cambie pronto. Entonces, ¿qué pueden hacer los ciudadanos para protegerse de la reduflación? "En realidad, los consumidores no pueden hacer mucho al respecto: el precio es el precio y no puedes quejarte al productor. Por supuesto, puedes ser consciente del precio y, cuando sea demasiado caro mirar otras marcas, porque las hay más baratas. Es lo único que puedes hacer, ha explicado Donats.

Según una encuesta hecha en varios países europeos el 80% de los ciudadanos cree que las empresas se aprovechan de la inflación para aumentar sus beneficios. Y como la crisis del coste de la vida continúa, es probable que esta falta de confianza aumente en vez de disminuir.

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