No ha sido un camino fácil para los griegos. Para evitar el impago de la deuda, el país ha tenido que recurrir a los rescates y aplicar duras reformas.
Grecia lleva desde 2009, e incluso antes, navegando en aguas turbulentas. Pero ese año el país admite tener un agujero negro en sus cuentas públicas. En 2010 se anunciaron programas para corregir los desequilibrios presupuestarios y más medidas de austeridad. Ese año la troika acordó la entrega de un rescate financiero internacional de 110.000 millones de euros a cambio de duras reformas. Más tarde, en 2011, se acuerda un segundo rescate.
Tras el anuncio de un referéndum sobre el plan de rescate aprobado por la Unión Europea, el primer ministro dimitió. Al final, el referéndum no se celebró. En 2012 Grecia firma acuerdo de canje de deuda. Después de dos elecciones, la coalición de Andonis Samarás consigue formar gobierno y una extensión del período de ajuste fiscal de dos años. Las reformas de la administración suprimen 4.000 puestos de trabajo. El gobierno griego anuncia el cierre de la televisión pública. Para impulsar las reformas del país este año la Eurozona ha aprobado una nueva ayuda de 6.800 millones de euros adicionales.
En su sexto de año recesión el PIB de Grecia no ha dejado de contraerse. La Unión Euorpea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo reclaman reformas. Unas reformas difíciles de cumplir en un país donde el desempleo sigue subiendo y el acceso a los servicios básicos, como la salud, se han covertido en algo casi imposible.
Después de la recapitalización del sistema bancario, que ha costado 50.000 millones de euros, los prestamistas esperan que las privatizaciones aporten más de dos mil millones en 2013. El próximo paso para cumplir con las exigencias de la troika es la reforma de la Administración.
La troika ha desembolsado a Grecia 210.000 millones de euros desde 2010 con la condicion de que el país realice reformas. Algunas de ellas dependen del Ministerio de Reforma Administrativa de Kyriakos Mitsotakis.