Barniz de tomate

Barniz de tomate
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Por Euronews
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Julián López Gómez, Euronews:
“Lo que ven aquí son pieles, semillas y fibras de tomate. Cada año, la industria produce 200.000 toneladas de estos residuos. ¿Qué hacer con todos ellos? Científicos y productores se han puesto a cocinar con todos estos ingredientes una receta de lo más inusual.”

En esta fábrica cerca de Parma, en Italia, se procesan y enlatan, cada temporada, unas 2.200 toneladas de tomates.

El 4% acaba en la basura, aunque parte de los restos se utiliza para producir biogás.

Un desperdicio que los propietarios han decidido rentabilizar.

Aldo Rodolfi, Vicepresidente, Rodolfi Mansueto:
“Estamos estudiando junto a un grupo de investigadores cómo podemos reutilizar estos desechos de diferentes maneras, especialmente, destinados a la producción de envases.”

La piel del tomate es un filón que interesa a un grupo de investigadores europeos. El secreto está en el componente principal de la epidermis del tomate, la cutina.

La base de esta investigación reside en la extracción de este biopoliéster, un producto biodegradable y no tóxico que la propia naturaleza emplea como capa protectora de frutos y hojas.

Su uso como barniz para envasados en lugar de componentes químicos hace de la cutina una alternativa biocompatible.

Angela Montanari, química, coordinadora del proyecto SSICA/Biocopac:
“Nuestro objetivo es producir tintes con el mismo estándar técnico, higiénico y sanitario que los barnices existentes. Buscamos una sustancia inerte, inodora e insípida que no afecte al alimento dentro de la lata. Necesitamos, también, que sea impermeable para que el producto no entre en contacto con el metal con el que está hecho la lata.”

La cutina es mezclada con otros productos para obtener una biolaca.

En esta fábrica se producen 15.000 toneladas de barniz al año, un producto que ya ha hecho sus pruebas para una comercialización a gran escala.

Los métodos de producción no son muy diferentes de los utilizados por los tintes industriales, sin embargo, el producto final es, visualmente, algo distinto.

Luca Cioni, director de innovación en Salchi Metalcoat S.r.l:
“La cutina del tomate es brillante oscuro, una vez mezclado, el barniz que obtenemos es de color y ligeramente dorado. Si buscamos tintes de color, vamos por el buen camino, pues no necesitaremos añadir otros colorantes. Pero si lo que buscamos es un barniz transparente, entonces, tenemos que continuar con nuestras investigaciones.”

Julián López Gómez, Euronews:
“¿Dónde y cómo podemos utilizar estos barnices?”

En esta fábrica cerca de Tesalónica son producidos 120 millones de latas cada año.

La nueva biolaca ha superado con éxito las pruebas en esta cadena de montaje. Los clientes, aseguran los productores, ven con buenos ojos esta alternativa ecológica para los envases, producida, además, a un coste razonable.

Nikos Kiouros, ingeniero mecánico, National Can Hellas:
“No sabemos aún si el coste aumentará y cuánto. De lo que sí estoy seguro es de que, cuando comencemos a utilizar este barniz a un nivel industrial, los costes se reducirán de manera significativa y llegaremos a igualarlos con los costes de producción de las lacas existentes.”

Angela Montanari, química y coordinadora del proyecto SSICA/Biocopac:

“Según nuestra investigación, contamos con lanzar este tipo de biolaca al mercado, en cantidades significativas, en dos o o tres años.”

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