La UE busca restaurar el 70% de las tierras agrícolas para 2030

En colaboración con The European Commission
La UE busca restaurar el 70% de las tierras agrícolas para 2030
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Por Claudio Rosmino
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Actualmente entre el 60% y el 70% de los suelos europeos son insalubres en cuanto a presencia de materia orgánica y minerales; fuente de nutrientes para plantas y microorganismos.

La ciencia al servicio de la naturaleza para preservar y restaurar la mayor parte de las tierras agrícolas europeas hasta 2030. Es una de las misiones que lanza la Unión Europea para encontrar soluciones a los principales retos de nuestro tiempo, como la adaptación al cambio climático, la protección de tierras y mares o la lucha contra el cáncer.

Hay cinco sectores de esta iniciativa, incluidos en el programa Horizonte Europa, que comenzará en 2021.

Mariya Gabriel, comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, nos explica las bases de este plan decenal y cuáles son sus objetivos más ambiciosos:

_"Lucha contra el cáncer, el cambio climático, las ciudades inteligentes, la salud del suelo, los océanos y el agua de mar porque su impacto es enorme en los ciudadanos europeos. _Por eso debemos actuar juntos para ver resultados concretos. Es lo que ves en las recomendaciones de los informes; por ejemplo, la misión del cáncer tiene como objetivo salvar tres millones de vidas hasta 2030.,Somos un continente que representa menos del 10% de la población mundial, pero el 25% de los casos detectados están en Europa. Tenemos que actuar."

La misión de la Unión Europea  Soil Health and Food tiene como objetivo restaurar el 70% de las tierras agrícolas para 2030. El jefe de la misión, Cees Veerman, explica qué tipo de acciones se tomarán para lograr este objetivo: "Una de las más espectaculares es, por supuesto, evitar una mayor degradación del suelo. Evitar y parar el sellado del suelo. Detener la contaminación del suelo. Hacer que los suelos sean más saludables. Aumentar el nivel de carbono en el suelo, que es, por supuesto, otra medida para evitar una mayor degradación del clima, y también el almacenamiento de agua para que la biodiversidad, la agricultura, la producción de alimentos, la silvicultura, pero también la gente que vive en las ciudades, todo ello, pueda contribuir a mejorar el suelo, a dejarlo en mejores condiciones".

Un ejemplo de este enfoque es el proyecto Best4Soil. Fuimos a Austria para ver de cerca un tipo de gestión del suelo que combina naturaleza y ciencia en total armonía. Los suelos son esenciales para todos los procesos de mantenimiento de la vida en la Tierra. Más del 95% de nuestros alimentos provienen de la producción relacionada con la tierra, y por eso es clave mantener el suelo sano.

Sin embargo, entre el 60% y el 70% de los suelos europeos son insalubres en cuanto a presencia de materia orgánica y minerales; fuente de nutrientes para plantas y microorganismos según datos de Soil Health and Food Mission Board y Joint Research Center.

Es el resultado de una serie de malas prácticas como, por ejemplo, cultivos intensivos, exceso de riego, contaminación por químicos y pesticidas. Los suelos también pagan las consecuencias del cambio climático, la erosión y el aumento del nivel del mar.

Como cambio de modelo en la agricultura, esta granja en Austria es un ejemplo de la asociación positiva entre naturaleza y ciencia. Dentro del proyecto de la UE Best4Soil, esta granja austriaca de investigación, en Absdorf, en el estado de Baja Austria, experimenta nuevas prácticas y rotación de cultivos para mejorar el suelo.

Su propietario, Alfred Grand, explica:"Si combinamos estos dos enfoques, naturaleza y ciencia, el enfoque orientado a soluciones y el enfoque orientado a problemas, lograremos una solución sostenible mucho más rapidamente. Queremos trabajar junto a la ciencia para probar y evaluar nuevas soluciones y nuevos sistemas y luego mostrárselos a nuestros colegas profesionales y a la sociedad. Hay diferentes métodos que el agricultor puede utilizar, incluidos el compost, la siembra de invierno o intermedia, o la rotación de cultivos. Usamos compostaje, inmediatamente después de la recogida de la cosecha. Cuanto más colorido, más diverso es, más vida del suelo aporto con el abono y más saludables son mis suelos ... y menos pesticidas tengo que usar."

Dependiendo del tipo de suelo, la naturaleza puede tardar hasta mil años en producir un solo centímetro de espesor de suelo fértil; pero solo se necesitan algunos años de malas prácticas para perderlo. El coordinador del proyecto Best4Soil, Harm Brinks, explica las prioridades:"El desafío para la agricultura es alimentar al mundo y a la creciente población mundial, y como vemos en muchas partes del planeta, la calidad del suelo está disminuyendo por culpa de la maquinaria pesada, por los sistemas de producción intensiva. Es muy importante que tratemos de convertir la gestión del suelo en una gestión sostenible del suelo."

En esta granja, el abono orgánico tiene un lugar central en el patrón de biodiversidad.

Como consecuencia de la descomposición de la materia orgánica forma parte del ciclo natural.

El lombricompostaje y los cultivos de cobertura; las plantas que se siembran para proteger el suelo de la erosión y mantener la fertilidad, son dos prácticas preventivas para incrementar la calidad del suelo.

Además del lombricompostaje, otro tipo de fertilizante natural ampliamente probado aquí es el abono termofílico. Procede de residuos orgánicos de la industria agrícola.

Investigadores, como Florian, tienen que analizar periódicamente muestras de campost para comprobar su calidad y los componentes liberados al suelo y a la atmósfera, para evitar cualquier contaminación.

El proceso de formación del abono es activado por bacterias y hongos.

Puede generar temperaturas de 60-70 °C capaces de matar los organismos que causan las enfermedades de las plantas.

El Market Garden,  basado en el modelo de Jean Martin Fortier, que ha desarrollado este sistema en Canadá) es un ejemplo a pequeña escala de este enfoque basado en la naturaleza.

Está dedicado a producir alimentos saludables de una gran variedad en terrenos de una hectárea y venderlos localmente.

El cultivo y la recolección se realizan principalmente a mano, sin maquinaria pesada.

La jefa de producción, Livia Klenhart, asegura: “Nuestra forma de producción de hortalizas tiene muchas ventajas con dimensiónes económicas, ecológicas y sociales. Para mí personalmente lo más importante es que se créen puestos de trabajo, que tengamos contacto directo con el consumidor y que también le brindemos educación. Y eso es lo que promovemos: reconstruir el suelo y el medio ambiente".

Cuando se gestionan de forma sostenible, los suelos son clave para el equilibrio de nuestros ecosistemas.

Al actuar como una esponja para almacenar carbono y reducir los gases de efecto invernadero, los suelos pueden mitigar los efectos del cambio climático.

Fuentes adicionales • Narración: Enrique Barrueco

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