Chanel compra más campos de jazmín para salvaguardar el famoso Nº 5

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Chanel compra más campos de jazmín para salvaguardar el famoso Nº 5 Derechos de autor Thomson Reuters 2021
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Por Eric Gaillard

PÉGOMAS, Francia, 27 ago - Cautelosa ante la desaparición de los cultivos de flores utilizados en sus perfumes más vendidos, la firma de moda y belleza Chanel ha comprado más tierras en el sur de Francia para asegurarse el suministro de jazmín y otras variedades, cosechadas a mano en un delicado ritual anual.

El grupo de lujo informó la compra de 10 hectáreas adicionales de terreno, que se suman a las 20 hectáreas que ya explota en colaboración con una familia local cerca de la ciudad de Grasse, conocida por sus campos de flores.

En una soleada mañana de finales de agosto, antes de que el calor alcanzara su punto álgido en la cercana Pégomas, decenas de trabajadores estaban ocupados en la cosecha de jazmín de este año, ingrediente clave del centenario perfume Nº 5 de Chanel, creado por la difunta diseñadora Coco Chanel.

Chanel llegó a un acuerdo con la familia Mul a finales de los años 80 para anclar su producción de cinco tipos de flores en la región. Algunos productores locales empezaron a vender sus tierras por aquel entonces, atraídos en parte por las ofertas inmobiliarias de la región, cercana a Niza y la Costa Azul.

"Hubo un momento en el que hubo una amenaza porque la producción de jazmín empezaba a trasladarse a otros países", explica Olivier Polge, que siguió los pasos de su padre para convertirse en el perfumista jefe de Chanel en 2013.

El jazmín que se cultiva en Grasse tiene un aroma específico. La región se convirtió en un centro de flores y fragancias en el siglo XVII, cuando los curtidores de cuero locales empezaron a perfumar sus productos.

Fabrice Bianchi, quien dirige la producción de la familia Mul, dijo que las operaciones no se vieron demasiado afectadas por la pandemia del COVID-19 y que los recolectores pudieron trabajar al aire libre.

El virus hace que algunos enfermos pierdan el sentido del gusto y del olfato, un problema particular para los perfumistas, conocidos como "narices" en el negocio.

"Sin duda, fue un año bastante peculiar", dijo Polge a Reuters. "Pero en muchos aspectos fue lo mismo para mí que para todos, aunque yo sea una nariz: todos intentamos no contagiarnos".

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