BERLÍN, 28 jul - Alemania está dispuesta a imponer una tasa a todos los consumidores de gas a partir del 1 de octubre, con el fin de ayudar a los importadores que se enfrentan a la subida de los precios de las importaciones de gas, según un proyecto de ley presentado el jueves.
La tasa, pretende repartir los costes adicionales de la sustitución del gas procedente de Rusia entre todos los usuarios del gas y evitar la insolvencia de los operadores de gas y estabilizar la industria energética.
Los hogares y los consumidores industriales con contratos a largo plazo se verán afectados por las tasas, que serán válidas hasta finales de septiembre de 2024, según el documento. Los importadores de gas tendrán que soportar por sí mismos el aumento de los costes hasta que entre en vigor la tasa.
El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, dijo que la tasa ascendería a entre 1,5 y 5 céntimos de euro por kilovatio hora (Kwh), y que los ingresos estarían a disposición de todas las empresas que necesiten sustituir el gas ruso.
Dijo que la medida era difícil pero importante para estabilizar el mercado energético.
"No se sabe con exactitud cuánto costará (el gas) en noviembre, pero la amarga noticia es que sin duda se trata de unos cientos de euros por hogar", dijo.
En agosto se anunciarán más detalles sobre la tasa, según el documento.
Un requisito previo para que el Gobierno ponga en marcha el mecanismo es que se produzca una interrupción significativa de los flujos de gas hacia Alemania. La empresa rusa Gazprom redujo esta semana los flujos del gasoducto Nord Stream 1 a solo el 20% de su capacidad.
En un momento en el que Alemania atraviesa lo que Habeck denominó su "mayor crisis energética", el hecho de que Gazprom no entregue el gas reservado está obligando a las empresas a adquirir el combustible a precios de mercado significativamente más altos, dijo.
"Esta diferencia (de precio) es la tasa. Se traslada al consumidor final porque, de lo contrario, las empresas perderían permanentemente millones a la semana", añadió.
Marcel Fratzscher, presidente del instituto económico DIW, dijo que era "correcto y necesario" repercutir los costes a todos los consumidores y que los alemanes debían prepararse para al menos triplicar las facturas de la calefacción de gas, según el Rheinische Post, pero que debía haber medidas de alivio para apoyar a los hogares con bajos ingresos.
Habeck afirmó que hay que proteger a las personas que caen en la pobreza debido al aumento de los precios de la energía, y que las medidas de ayuda serán específicas.