Por Daniel Leussink
TOKIO, 8 sep - La economía japonesa creció más de lo que se informó inicialmente en el segundo trimestre, ya que el levantamiento de las restricciones nacionales del COVID-19 impulsó el gasto de los consumidores y las empresas.
De este modo, la economía japonesa creció por tercer trimestre consecutivo en el periodo abril-junio, aun cuando la preocupación por una serie de problemas, como la desaceleración mundial y los altos precios de la energía, enturbia las perspectivas.
El producto interior bruto (PIB) de la tercera economía mundial creció un 3,5% anual en el segundo trimestre, más que la estimación preliminar de un crecimiento anual del 2,2%, mostraron el jueves los datos del Gobierno.
La lectura, que fue mejor que la previsión mediana del mercado de un aumento del 2,9%, equivale a una expansión intertrimestral real del 0,9% respecto al trimestre anterior.
"La economía logró un crecimiento relativamente alto en comparación con Estados Unidos y China, protagonizando una recuperación en el segundo trimestre", dijo Takeshi Minami, economista jefe del Instituto de Investigación Norinchukin.
"Pero puede ser difícil que este impulso continúe. (...) La economía mundial se enfrenta a todo tipo de incertidumbres y el aumento de los precios está provocando la supresión del consumo en casa".
El crecimiento sugiere que la demanda interna repuntó modestamente después que el Gobierno eliminara los frenos a la actividad relacionados con la pandemia en el primer trimestre.
Se vio impulsada en parte por un repunte de los gastos de capital y un menor descenso de los inventarios, como los de automóviles, según los datos.
El consumo privado, que representa más de la mitad del PIB del país, creció un 1,2%, según los datos, revisados al alza en lugar de la estimación inicial de un aumento del 1,1%.
El gasto de capital aumentó un 2,0%, también revisado al alza respecto a la estimación preliminar de un aumento del 1,4% y por encima de la previsión promedio del mercado de una expansión del 1,8%, debido en gran parte a una mayor inversión en software.
La demanda interna en su conjunto contribuyó en 0,8 puntos porcentuales al crecimiento revisado del PIB, mientras que las exportaciones netas añadieron 0,1 puntos porcentuales.
Japón ha ido a la zaga de otras grandes economías a la hora de sacudirse el golpe de la pandemia debido a una lenta recuperación del consumo, achacada en parte al envejecimiento de los consumidores, que son reacios a gastar en servicios como salir a cenar y viajar debido a la preocupación por contraer el COVID-19.
La política monetaria ultralaxa de Japón contrasta con la oleada mundial de subidas de los tipos de interés, que ha provocado una fuerte venta del yen, lo que complica las perspectivas de los responsables de política monetaria.
La caída de la moneda japonesa, que ha perdido cerca de un 20% frente al dólar estadounidense en los últimos seis meses, está haciendo subir el coste de las importaciones y ha aumentado la perspectiva de que los hogares se vean obligados a pagar más por los bienes.