MADRID, 2 nov - La actividad de las fábricas en España se contrajo fuertemente en octubre en su cuarto mes consecutivo de descensos en un contexto de inflación elevada, con la producción y los nuevos pedidos cayendo al ritmo más rápido desde el punto álgido de los confinamientos por el COVID-19 en 2020.
El índice de gestores de compras (PMI) de S&P Global para el sector manufacturero cayó a 44,7 el mes pasado —su nivel más bajo desde mayo de 2020— desde los 49,0 de septiembre. La marca de 50,0 separa el crecimiento de la contracción.
El economista de S&P Global, Paul Smith, dijo que el "doble colapso tanto de la producción como de los nuevos pedidos durante octubre... debería poner de manifiesto la gravedad de los desafíos en que está sumido el sector, ya que la incertidumbre económica generalizada y los impactos de la inflación elevada pesan mucho sobre la demanda y el rendimiento de la industria".
Aunque el ritmo de subida de los precios se redujo, la inflación siguió afectando negativamente a la demanda del mercado, mientras que muchas empresas también optaron por reducir puestos de trabajo, con el empleo lastrado por una combinación de exceso de capacidad y pesimismo creciente sobre el futuro.
Esto podría ser una mala noticia para el Gobierno, que espera que España pueda evitar la recesión que amenaza a muchos países europeos gracias a la resistencia de su mercado laboral.
Los precios al consumo en España aumentaron un 7,3% hasta octubre, el ritmo más lento desde enero. El crecimiento económico se ralentizó bruscamente al 0,2% en el tercer trimestre, frente a los tres meses anteriores, en los que el producto interior bruto creció un 1,5%.