El viñedo de Stellenbosch, en Sudáfrica, utiliza una manada de 1.000 patos para ayudar a minimizar los efectos de una plaga de caracoles que amenazan el viñedo.
En honor a su labor la bodega a producido un vino que se llama ‘Runner Duck’.
Gracias a los patos, los viñedos tienen muchos menos pesticidas.