Salpicado con rocas redondeadas de distintas dimensiones, el valle de las esferas, cerca de la ciudad de Shetpe, es uno de los paisajes más espectaculares de Kazajistán.
PUBLICIDADSólo 150 kilómetros separan Aktau, la ciudad más grande del mar Caspio, de Shetpe, la población más cercana al Valle de Torysh.
La carretera que las conecta data de la época soviética y durante los primeros 100 kilómetros los hoyos dominan el asflato.
Es raro encontrarse con alguien por el camino. Muy pocos coches, muchos caballos, camellos pastando y, con suerte en alguna parada de autobús remota, es posible ver a mujeres de la zona vendiendo leche de camella, considerada como un verdadero manjar por los kazajos.
El valle de Torysh está salpicado con rocas redondeadas de distintas dimensiones: desde esferas que puedes sostener en la palma de la mano a otras que alcanzan los 3 metros de diámetro. No hay estudios que prueben el proceso exacto de formación de las esferas, ni cuando se formaron con precisión. La explicación más probable parece ser un proceso de solidificación alrededor de una pequeña piedra probablemente de origen volcánico.
Dada su naturaleza tan friable se rompen fácilmente, pudiéndose ver en su interior los restos de fósiles y conchas.