Cómo aprovechar al máximo los grandes espacios naturales de Serbia

Cómo aprovechar al máximo los grandes espacios naturales de Serbia
Derechos de autor Milos Lopusina, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, via Wikimedia Commons
Por Euronews
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Desde los acantilados calcáreos del Cañón del Uvac hasta el Parque Nacional de Tara, densamente arbolado, Serbia tiene una gran cantidad de lugares al aire libre que esperan ser explorados.

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Sin duda, cualquiera que desee vivir aventuras que le lleven fuera de los caminos convencionales encontrará lo que busca, en Serbia. Viajar por las vastas zonas rurales de este país puede significar cualquier cosa, desde caminar por hermosos senderos de montaña hasta admirar el arte medieval en monasterios recónditos, comer enormes platos de salchichas ahumadas, a la parrilla o pernoctar en un remoto pueblo de cuento.

Los ríos, lagos y parques nacionales son lugares ideales para los deportes de aventura y el avistamiento de fauna y flora, e independientemente de la región que elija para explorarla, la belleza salvaje del paisaje le proporcionará momentos inolvidables.

Deténgase y mire con atención: vistas extravagantes y paisajes épicos

Con sus cañones, bosques de un intenso color verde y lagos brillantes, Serbia cuenta con innumerables lugares ideales que merece la pena visitar, solamente, por sus vistas. Para muchos viajeros, el Cañón del Uvac es el primero de la lista.

Los acantilados de piedra caliza se alzan sobre las deslumbrantes aguas verdes del río Uvac, que se retuerce en espectaculares meandros. Un agradable crucero en barco es la forma más fácil y relajante de contemplar la serena belleza del cañón. Pero, para obtener la mejor vista de las numerosas curvas del curso del río, hay que subir a uno de sus miradores. Elija una excursión en barco que incluya una visita al mirador de Molitva, donde hay una pequeña plataforma de madera que ofrece la mejor panorámica del lugar.

Srdjan Stojiljković
El río UvacSrdjan Stojiljković

Igual de interesante y fotogénico, es un intrigante fenómeno natural en el sur de Serbia: ‘La Ciudad del Diablo’ (Djavolja Varoš). Allí, el viajero, encontrará una serie de formaciones de piedra de unos 200 metros de altura con afiladas formas que, según la leyenda son, en realidad, invitados a una boda que quedaron petrificados. Fueron convertidos en piedra como castigo por asistir a la boda entre un hermano y una hermana. Preste atención al característico sonido que hace el viento al pasar silbando entre las figuras de piedra. Los habitantes de la zona aseguran que es el ‘susurro del diablo’. Si logra vencer sus miedos, visite el lugar al anochecer, cuando se ilumina con un efecto espeluznante.

Aventurarse en los espacios naturales de Serbia: deportes y actividades de aventura

El Parque Nacional de Tara, en el oeste de Serbia, es un rincón del mundo realmente bello, densamente boscoso, atravesado por arroyos y ríos de montaña, además de contener una rica fauna.

Es un gran atractivo para los amantes de los animales, ya que el parque alberga una gran población de osos pardos que, en las visitas guiadas, el viajero puede ver en las zonas donde suelen alimentarse. Los experimentados guardas le llevan a plataformas de observación, de madera, instaladas en lo más profundo del bosque, donde tiene que esperar, en silencio, hasta que los osos aparezcan. Mientras tanto, puede observar otras criaturas que deambulan entre los árboles como es el caso de ciervos, jabalíes, lobos y gatos salvajes. Y, a menudo, se ven águilas reales y halcones peregrinos.

TarjaMitrovic, CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0, vía Wikimedia Commons
El Parque Nacional de Tara cuenta con 220 kilómetros cuadrados de laderas boscosas, espectaculares barrancos y cursos de agua que son verdaderas joyas naturalesTarjaMitrovic, CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0, vía Wikimedia Commons

El Parque Nacional de Tara es también un punto de encuentro para aficionados a los deportes de aventura, muchos de los cuales tienen su base en el poderoso río Drina o en sus alrededores. Una magnífica ruta en kayak es la que contempla el tramo de 15 kilómetros de recorrido que va desde el apacible lago Perućac hasta la llamada ‘Casita del Drina’, una diminuta cabaña encaramada a una roca, en medio del agua. Cada verano, el ambiente en la zona, se vuelve estridente, ya que la ‘Regata del Drina’ reúne a miles de buscadores de nuevas emociones y diversión, para navegar por el río en pequeñas embarcaciones, mientras se realizan barbacoas y se celebran conciertos y fiestas a lo largo de las orillas del río.

Ebs Els
Pequeña casa en el DrinaEbs Els

Serbia no suele recibir el reconocimiento de ‘destino ciclista de primer orden’, pero hay fantásticas rutas para realizar sobre ‘dos ruedas’ a lo largo del Danubio y a través del Parque Nacional de Djerdap. El ‘carril bici del Danubio’, la principal ruta de larga distancia de Serbia, atraviesa el país. Va desde la frontera con Croacia hasta la frontera con Bulgaria, pasando por Novi Sad, Belgrado, y diferentes pueblos y parques nacionales.

Experimente lo divino: Monasterios y vida rural

Visitar los monasterios ortodoxos de Serbia es una de las experiencias más singulares que puede vivir en el país. Hay cientos de ellos, repartidos por todo el territorio, con diferentes estilos arquitectónicos. Muchos de ellos están situados en lugares extraordinarios. Uno de los más singulares es el de Crna Reka, que data del siglo XIII. El monasterio está construido en las cuevas de un escarpado acantilado en el suroeste de Serbia (DEL PAÍS), con vistas a las gargantas de Ibar Kolašin, en el río Crna. El monasterio de Studenica, incluido en la lista de la UNESCO, es el más grande y famoso de Serbia, y comprende dos iglesias que contienen algunos de los frescos más preciados del país.

White Writer, Wikipedia, CC BY-SA 3.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0, vía Wikimedia Commons
El pueblo de Sirogojno muestra la forma de vida tradicionalWhite Writer, Wikipedia, CC BY-SA 3.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0, vía Wikimedia Commons

Por último, un recorrido por la campiña no estaría completo sin un echar un vistazo a la vida rural cotidiana. Y, para ello, es imprescindible detenerse en algunos de los pueblos de Serbia. El pueblo de Sirogojno, en Zlatibor, es un lugar perfecto para empezar, ya que es, en parte, un museo al aire libre que muestra las formas de vida tradicionales. Para disfrutar de la paz, la tranquilidad y las bocanadas de aire fresco de la montaña, Donji Taor es otra gran opción. Además, hay varias hermosas cascadas que se pueden visitar en los alrededores.

Sea cual sea el pueblo en el que se aloje, no se vaya sin probar algunos platos caseros serbios. Uno de los favoritos, entre los tradicionales, es el Ćevapi. Se trata de un embutido, deliciosamente condimentado, que suele comerse con ‘pan plano’ y una salsa de pimiento rojo. El 'burek', una pasta horneada rellena de carne, queso y verduras, es el desayuno perfecto para prepararse, de cara a las aventuras que el viajero va a vivir a lo largo del día.

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