Comenzar el año con un chapuzón en el Tíber es tada una tradición en Roma. Cuatro hombres se han lanzado este miércoles a las gélidas aguas del río desde el puente Cavour, a 15 metros de altura.
Un equipo de buzos de la brigada de bomberos de Roma ha vigilado de cerca a los "atrevidos bañistas" para actuar en caso necesario. Mujeres vestidas con trajes de navidad observaban el evento desde su bote de remos en el río.