Al menos 10 personas han fallecido a causa de las lluvias torrenciales e inundaciones registradas desde el pasado fin de semana en Sudán.
Alrededor de unas 3.300 viviendas colapsaron o fueron engullidas por el agua en la capital, Jartum, y sus alrededores, así como en las localidades de Atbara, Dongola y Sendi.
Según las autoridades locales, 21 escuelas y ocho mezquitas fueron arrasadas.
La ONU alertó el pasado 5 de agosto que más de 50.000 personas podrían verse afectadas
Las intensas lluvias en el estado del Nilo Azul provocaron el colapso de una presa el 29 de julio, destruyendo o dañando 800 viviendas y dejando parcialmente sin acceso a agua potable a más de 84.000 personas.
Sudán registra habitualmente fuertes lluvias entre junio y octubre, lo que provoca inundaciones períodicas. Sólo el año pasado murieron al menos 80 personas a causa de las precipitaciones.