La cascada termal de Toplita, en Rumanía, se ha helado por primera vez en los últimos años.
Aunque muy raramente sucede, las bajas temperaturas durante la noche ha transformado el agua en una cortina de hielo.
Un monumento de la naturaleza en un ecosistema geológico único, en un tramo de 500 metros cuadrados en las praderas del río Mures.
Famosa por su belleza, la cascada está formada por depósitos de piedra caliza arrastrados por las aguas termo-minerales durante cientos de años.
El camino es escarpado, pero los turistas dicen que el espectáculo merece la pena.
La cascada de Toplita fue declarada monumento natural, un área protegida de interés nacional y reserva natural biológica y del paisaje hace 22 años.
