Bibi ante el dilema

El frente internacional que comenzó en mayo con Obama y prosiguió ayer en Londres con el enviado estadounidense George Mitchell y con el primer ministro británico no ha llevado al primer ministro israelí a comprometerse a detener total y definitivamente la expansión de las colonias, condición indispensable para reanudar el proceso de paz con los palestinos.
Pero el problema israelí es esencialmente de orden interno; el contencioso de las colonias podría abrir una brecha en el gobierno de coalición entre los laboristas, al frente del ministerio de Defensa y la extrema derecha, que se ocupa de Exteriores y se muestra inflexible frente a la presión internacional.
Daniel Ayalon, viceministro de Exteriores Israelí: “Ni las fechas impuestas ni los plazos arbitrarios van a funcionar. Esto no es serio. Lo que hará viable un Estado palestino es el final del conflicto, el final de las reclamaciones palestinas” Los laboristas exigen desde hace semanas que el gobierno expulse a los habitantes de 23 colonias ilegales en Cisjordania, una decisión que se ha venido retrasando desde hace 8 años y que muestra lo sensible de este asunto, tan importante para la comunidad internacional como para la estabilidad política israelí.