Las marcas occidentales han aprovechado las ventajas de importar con tasas bajas o inexistentes para construir capacidad de producción y ensamblado. Moscú las había beneficiado a cambio de que creasen empresas de riesgo compartido con sociedades rusas. Rusia será pronto el sexto mercado mundial del automóvil, con unas ventas de 3 millones de vehículos para 2014 superando así a Alemania.