China confirma su ralentización pese a crecer más de lo previsto

Según la Oficina Nacional de Estadísticas, su PIB alcanzó el año pasado los 6,8 billones de euros, con un crecimiento del 7,7% respecto a 2012..
Se trata de 2 décimas más de lo previsto aunque igualmente de su crecimiento más bajo en 14 años, lo que confirma la necesidad, según los analistas, de acelerar las reformas orientadas a aumentar el consumo interno. La curva descendente en su crecimiento confirmaría por lo tanto que el modelo anterior, enfocado a las exportaciones, se ha agotado.
“Desde una perspectiva de economía global creo que algunos de los perdedores serán los países y las empresas que suministran materias primas a China. Quienes saldrán ganando serán aquellos centrados en el consumo. Tal vez bienes de consumo rápido, servicios, tal vez los viajes al extranjero”, explica Andrew Mok, economista y consejero delegado de Red Pagoda Resources.
Las ventas al por menor en el país crecieron un 13,1% y la producción industrial casi un 10%. No obstante, pese a que los bancos chinos prestaron sumas récord de dinero tras el estallido de la crisis para mantener el crecimiento del país, no hubo los resultados esperados y se teme que muchas inversiones hayan sido improductivas.