Los accionistas del London Stock Exchange (LSE), la bolsa de Londres, aprueban la fusión con la Deutsche Börse, propiedad de la bolsa de Fráncfort.
Los accionistas del London Stock Exchange (LSE), la bolsa de Londres, aprueban la fusión con la Deutsche Börse, propiedad de la bolsa de Fráncfort. El resultado fue casi unánime: el 99,89 por ciento de votos a favor. Y eso pese a los temores generados por la salida del Reino Unido de la Unión Europea tras el referéndum de hace dos semanas.
Ante el ‘Brexit’, se prevé que el presidente de la Deutsche Börse Joachim Faber dirija un ‘comité referéndum’ para prevenir los inconvenientes que ello puede acarrear ahora.
“Hay una relación de amor entre las bolsas de Fráncfort y Londres, quieren casarse”, asegura el analista bursáltil Robert Halver, del Baader Bank, desde la primera plaza. “Pero hay incertidumbres legales. No tiene sentido que se otorgue a Londres la sede central. Se les puede decir que habrá una fusión, pero que Fráncfort tomará la silla. Y, en la puerta trasera si el Reino Unido se mantiene en la UE, se puede crear una segunda de forma salomónica. Aunque lo más importante es que Fráncfort siga por delante”.
De hecho la autoridad de los mercados alemana (Bafin), que solo juega un papel consultativo, no ve con buenos ojos que Fráncfort esté controlada por un país que se halla fuera de la UE. Los propios accionistas de la Deutsche Börse deben pronunciarse sobre la operación el próximo 12 de julio, aunque no lo hagan en asamblea general. El acuerdo se había frustrado en dos anteriores ocasiones.