Cómo afectará el envejecimiento de Europa a su sistema de salud

Cómo afectará el envejecimiento de Europa a su sistema de salud
Por Euronews
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Las evidencias acerca del envejecimiento de la población europea son contundentes.

Las evidencias acerca del envejecimiento de la población europea son contundentes. La mayor esperanza de vida, unida a la baja fertilidad y el estancamiento en el crecimiento ejercen una gran presión sobre los sistemas de sanidad y de pensiones.

En este episodio de Real Economy“nos centraremos en nuestros sistemas de salud y los retos a los que se enfrentarán en el futuro”:https://twitter.com/maithreyi_s/status/791585577296683008

Pero antes, echemos un vistazo al envejecimiento de Europa

En 2060, habrá más niños que hoy, pero la esperanza de vida de los varones seguirá siendo menor que la de las mujeres.

Mientras tanto, continuarán los movimientos migratorios, que no se espera desciendan hasta después de 2040.

Como consecuencia, el número de europeos ancianos, en proporción a la clase trabajadora, se duplicará a largo plazo.

Es decir, si ahora existen 4 trabajadores por cada persona mayor de 65 años, en apenas 2 décadas, el número se reducirá a la mitad.

Por tanto, la oferta de mano de obra en Europa empezará a disminuir a partir de 2023.

La imagen es más clara si dividimos el envejecimiento en tres periodos:

Entre 2007 y 2011, la población en edad de trabajar creció pero a un menor ritmo que el empleo.

Entre 2012 y 2022 se espera que mejore el empleo para la clase joven trabajadora, lo que podría compensar a todos los baby boomers que se jubilan.

Pero a partir de 2023, una población más vieja significará que tanto la población activa como los empleados empezará a descender.

Más adultos de la tercera edad conllevarán mayores costes sanitarios a largo plazo.

Un fenómeno, que muchos expertos aseguran, amenazará la sostenibilidad fiscal en 16 países europeos, tanto a medio como a largo plazo.

El envejecimiento costará a sus Gobiernos un 2 por ciento más de su Producto Interior Bruto (PIB) en 2060.

“Tengo 79 años y soy muy activo. Ando en bicicleta, esquío, conduzco y camino mucho, asegura Franci, que a sus 79 años vive en una residencia de ancianos.

Desafortunadamente, no todos los que llegan a su edad, tienen la suerte de Franci. Muchos necesitan de cuidados que encarecen el bolsillo de las familias y de los sistemas sanitarios.

“Pago 660 euros al mes por una habitación con baño propio. Y aparte de eso no tengo más gastos extras, nos cuenta Franci.

“Tienen que costeárselo por su cuenta y si no pueden, sus hijos tienen que cuidar de ellos. Sólo en el peor de los casos, si nadie dispone de medios, el Gobierno se hace cargo, explica Natasa Schwartbartl, asistente social en el asilo Nursing Home Ljubljana.

Según las previsiones, se espera que la población de la UE aumente un 3% en los próximos años. Pero para 2060, habrá un 60 % más de ancianos. Eso significan, más cuidados, más actividades de ocio para ellos, y por tanto más puestos de trabajo.

La contribución de la nómina al pago del seguro médico obligatorio deja al sistema esloveno más expuesto a las fluctuaciones en el mercado laboral.

La asistencia sanitaria, tanto aquí como en toda Europa está basada en métodos de prevención como la detección precoz del cáncer, el seguro de atención a largo plazo y la atención integrada.

Eslovenia ya está trabajando cómo absorber los costes adicionales implicados por el cambio en la pirámide de edad. El envejecimiento de la población podría costar a la UE hasta 1,4% del PIB en 2060. Y un 6,8% sólo para Eslovenia.

A Natasa le falta mucho para jubilarse. Pero tanto ella como a los de su generación nesitarán entonces un sistema capaz de soportar el peso de una población más envejecida.

Compartir los gastos de esta etapa entre el Gobierno y los ciudadanos es la alternativa. En Eslovenia, el sistema sanitario público está ahora privatizado parcialmente, con nuevas viviendas para ancianos no subvencionadas. En otros países de la UE, se está incluso presionando para retrasar la edad de jubilación.

“No podremos resolver este problema sin la inmigración. Tenemos que buscar una estregia para que los extranjeros vengan, trabajen y se jubilen aquí, en Eslovenia. Que vengan a vivir a quí y que, luego, se queden, claro”, manifesta Boštjan Vasle, director, IMAD

Adaptar la economía a los cambios en la pirámide de la población se ha convertido en uno de los grandes retos de la política actual. Porque una cosa es segura, todos envejeceremos.

Del estudio en Eslovenia se desprende otro punto importante: Para el año 2060, la mitad de los países europeos verá caer su población. ¿Cómo afectará esto a nuestro sistema sanitario?.

Pedro Barros es profesor de economía en la Escuela Nova de Negocios y Economía de Lisboa

Portugal Health Reforms show offering options of care Vs. Institutionalisation to the elderly can cut costs! #realeconomyeuronews</a></p>&mdash; Maithreyi (maithreyi_s) October 27, 2016

Maithreyi Maithreyi, Euronews:

¿Qué nos enseña la implementación? ¿Cuáles son las lecciones que se pueden extraer para Europa en su conjunto?

Pedro Barros:

“Nuestra experiencia demuestra que es difícil hacer esas reformas. Llevan mucho tiempo. Sólo la implantación de una nueva red de atención a largo plazo, como hicimos en en la Seguridad Social, tardó al menos 10 años. Y todavía estamos a mitad de camino. Resulta muy difícil hacer entender estos cambios; que la gente asuma nuevas ideas y que los profesionales y los adultos de la tercera edad puedan lidiar con nuevas transiciones en diferentes modelos de organización. Es el mayor desafío.”

Euronews:

¿Es transferible a otros países de Europa en donde los sistemas de asistencia sanitaria son muy diferentes.

Pedro Barros:

“Lo que sí es transferible es cómo vamos a explicar esta diversidad de ideas y preferencias. La gente va a ser el principal desafío. Seguramente habrá que reorganizar las cosas no ya sobre la atención hospitalaria o cuidados en el asilo, sino también, en los hogares particulares, que pueden contar con la asistencia de personal sanitario, u otro tipo de profesionales como fisioterapeutas.”

Euronews:

¿Podría la reforma de los sistemas sanitaros abrir la puerta a otras oportunidades de negocio y al crecimiento económico ?

Pedro Barros:

“Invertimos mucho tiempo en organizar la vida de la gente; quizás sería mejor darles más libertad para que éstos elijan otras opciones. Seguro que no eligen la más cara, por tanto, esto ayudará a la financiación. Conseguiremos nuevas oportunidades para poner en práctica nuevas ideas. Podemos, incluso, involucrar a pacientes y jubilados en la busca de soluciones a sus cuidados, eso también podría abrir nuevos modelos de negocio.

Hemos empezado a analizar estas vias, con unas pocas empresas que facilitan dispositivos para la vida asistida y cuidados de vigilancia. Ahora tenemos que ver cómo integrarlo dentro de la Seguridad Social. Y luego vendrán más oportunidades.”

Euronews:

Y… para las enfermedades de larga duración…¿Cómo se va gestionar el coste y los riesgos para el paciente?

Pedro Barros:

“Lo bueno del cambio es pensar en el modo de organización. En realidad se pueden cambiar las cosas reduciendo el coste. Por ejemplo, uno de los mayores riesgos para el paciente adulto es que se caiga en casa. Muchos prefieren afrontar ese riesgo antes que ir a un asilo. En estos casos podríamos facilitarle un acompañante a tiempo parcial o un sistema telefónico de vigilancia, que sería menos costoso que mudarlos a una institución con atención las 24 horas 7 días a la semana. Podrían seguir con su actividad cotidiana, salir a hacer la compra, cocinar…. Siempre podría haber un riesgo, pero no creo que aceptar esta nueva visión conlleve un riesgo financiero.

Euronews:

¿Cree entonces que Europa está estudiando este asunto de la manera más adecuada?

Pedro Barros:

“Resulta difícil encontrar una política que se adapte a todos ellos. Pero sí sería posible compartir una nueva visión de la asistencia sanitaria. Ese sería un buen punto de partida, y favorecería el cambio. Deberíamos empenzar pensando en lo que quieren nuestros adultos, cómo quieren que se les trate y qué servicios demandan. Eso sería lo primero y más importante. Por lo tanto, si se tiene una visión de que la gente haga un esfuerzo para estar sana y sea consciente del sistema sanitario que le rodea, de un sistema que se preocupa de atender a sus necesidades más que del sistema en sí … Esa sería, a mi juicio, la mejor política.”

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