A orillas del Danubio, en la ciudad serbia de Novi Sad, unos 300 voluntarios han utilizado 100 toneladas de tapones de botellas de plástico para formar un mosaico gigante y solidario.
La organización humanitaria “Tapones para minusválidos” organizó este evento para ayudar a niños discapacitados. Los tapones de botellas serán enviados a una planta de reciclaje y los fondos se emplearán en la compra de equipamiento para niños con discapacidad.
El mosaico de 600 metros será nominado para entrar en el Libro Guinness de los Récords.