El octavo paro general del Gobierno de Tsipras recibe el apoyo del sector público y los medios de comunicación, pero no convence a una población desencantada.
Huelga general en Grecia. Una más. Los principales sindicatos del país convocaron para este miércoles un paro general en protesta por las nuevas medidas de austeridad aplicadas por el gobierno de Tsipras, antes del último rescate financiero que tendrá lugar el próximo mes de agosto. En su nuevo paquete, el gobierno izquierdista plantea entre otras cosas un nuevo recorte de las pensiones y más subidas de impuestos.
Vuelos suspendidos, barcos atracados y transporte público interrumpido han dado buena cuenta de una huelga que ha tenido como colofón una manifestación por el centro de la capital.
"Quieren que nuestra generación tenga que santiguarse por lo que vaya a pasar cuando entramos en un hospital público", nos cuenta Michalis Giannakos, de la Federación de Empleados de Hospitales Públicos. "Quieren que trabajemos hasta que tengamos 70 años, y que cobremos 500 euros al mes entre salarios y pensiones. No queremos que esta sea la tónica general, así que saldremos a la calle todos los días".
Si bien el sector público y los medios de comunicación han respaldado el paro, lo cierto es que la respuesta ciudadana ha sido escasa. Las tiendas han abierto con normalidad y poca gente ha secundado la que es la octava huelga general en los tiempos del gobierno de Tsipras. El 20 de agosto concluye por fin el rescate al país heleno. La crisis, no obstante, parece lejos de concluir.
"A pocos días de la salida de Grecia del memorándum, los trabajadores siguen protestando", concluye desde Atenas nuestro corresponsal Panos Kitsikopoulos. "Todos ellos reclaman el regreso a la normalidad, el lema principal del Gobierno. Una normalidad que consistirá simplemente en adaptarse a lo que venga después del rescate".