El testimonio de un bebé robado en España: “Yo soy José, pero podría ser Joseba"

El testimonio de un bebé robado en España: “Yo soy José, pero podría ser Joseba"
Derechos de autor REUTERS/Juan Medina
Por Marta Rodriguez MartinezCristina Abellan Matamoros
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“Tengo un niño que si no lo queréis vosotros, pues lo mando ahora mismo para Bilbao”, dijo por teléfono el médico Eduardo Vela a una pareja española en 1977. “Yo sé que lo que vosotros queríais era una niña, pero yo aquí tengo un niño, ¿lo queréis?”, añadió.

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“Tengo un niño que si no lo queréis vosotros, pues lo mando ahora mismo para Bilbao”, dijo por teléfono el médico Eduardo Vela a una pareja española en 1977. “Yo sé que lo que vosotros queriáis era una niña, pero yo aquí tengo un niño, ¿lo queréis?”, añadió.

“Yo soy José, pero podría ser Joseba, podría haber sido un pelotari cualquiera”, bromea José María García González cuando relata a Euronews el momento que cambió por completo su vida.

Es uno de las decenas -quien sabe si centenas- de niños robados en la clínica San Ramón de Madrid en los años 1970 y 1980 tras engañar o coaccionar a las madres biológicas.

"A la gran mayoría se les mostró un bebé muerto, tenían un bebé en el congelador y le decían mira lo sentimos mucho tu bebé ha nacido muerto", explica José María.

A la edad de 35, hace tan solo cinco años, mientras preparaba la documentación para casarse descubrió que en su partida de nacimiento figuraba como adoptado. Los padres con los que había crecido no eran sus progenitores biológicos, sino que estuvieron en casa el momento preciso para responder a la llamada del doctor Vela.

"En aquel entonces el escándalo de los bebés robados era ya conocido y en cuanto leí el nombre de Eduardo Vela dije yo creo que 'voy a ser uno de esos chavales que fueron robados al nacer'”, rememora. La noticia le dejó en estado de conmoción. “Casi me mato con el coche porque hubo un momento en el que perdí la consciencia del dolor que estaba sintiendo”.

Vela, ahora octogenario, era el ginecólogo que firmaba los papeles del parto en la clínica San Ramón. Se ha sentado el martes por primera vez en el banquillo acusado de tres delitos relacionados con el robo de una niña nacida en 1969, Inés Madrigal.

El papel de la Iglesia católica

José María explica que su caso es uno de los muchos de los que no cuentan con pruebas para denunciar. "Ahora mismo sería una ilegalidad, pero con la justicia del año 1977, en aquel momento no era ilegal dejar la información biológica del adoptado en blanco”, indica.

Tras dos días sin poder dormir, confrontó el hallazgo con sus padres. "Se echaron a llorar y me pidieron perdón de todas las maneras posibles", recuerda. No obstante, asegura que han sido "unos padres fantásticos" y que les quiere.

Una fotografía de José María García González.

Según lo que le han contado, entraron en contacto con la trama a través de unos amigos con vínculos con la iglesia católica que les presentaron un cura que dijo que se encargaría de todo.

La Iglesia fue uno de principales núcleos, las monjas acogían a mujeres adolescentes embarazadas y les ofrecían la adopción como salida. María Gómez Valbuena, conocida como 'Sor María', fue la única imputada por orquestar presuntamente la red.

José María sitúa el comienzo de los bebés de robados en el final de la Guerra Civil española, en los años 1940 y 1950, con fines ideológicos y como represalia contra el otro bando, como los recién nacidos robados durante la dictadura en Argentina. Fue a partir de los años 1960 cuando se dieron cuenta de lo lucrativo del negocio, señala.

"El doctor Eduardo Vela tiene un patrimonio de varias decenas de millones de euros", asegura, antes de añadir que está muy contento porque haya empezado el juicio contra el anciano ginecólogo.

“A mí ha llegado una persona, ha jugado a ser Dios y ha cercenado mis orígenes biológicos y ha decidido que mi madre biológica no era apta para cuidarme y que mejor se me daba a otra familia", lamenta.

Tras someterse a pruebas de ADN en tres laboratorios distintos, ve muy difícil encontrar a sus padres biológicos. "Lo que queremos es conocer nuestras verdades biológica en primer lugar, en segundo lugar, que se haga justicia, que los responsables de esta atrocidad vayan a la cárcel y en tercer lugar, una indemnización".

Aunque lo quiere todo, y por este orden, dice no esperar nada. "No creo que los culpables vayan a ir a la cárcel", explica. "Hay lobbies de poder, controlan la justicia", añade.

Sor María murió el 22 de enero de 2013 y la causa fue archivada. Tras declarar el martes, el doctor Vela se ausentó el miércoles alegando problemas de salud. El juicio está, por el momento, en suspenso.

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