El paso de Vilar Formoso es el que más transporte por carretera soporta de todos los puntos de la frontera entre Portugal y España, con 2.300 vehículos pesados al día.
PUBLICIDADLos alcaldes de la localidad portuguesa de Vilar Formoso y su vecina fronteriza Fuentes de Oñoro aúnan sus fuerzas para que la interconexión por autovía entre la A-25 lusa y la A-62 española no frene su desarrollo industrial.
Muy debilitadas económicamente por la supresión de las fronteras en 1993, temen que la autovía que unirá el Centro portugués con Salamanca en 2020 les deje sin uno de los últimos recursos económicos que les quedan; el paso de turistas y camiones por Vilar Formoso.
João Luís Bravo es vicepresidente del Ayuntamiento de Fuentes de Oñoro: "Si no se hace nada -afirma- aquí podríamos perder más de 300 o 400 empleos directos sin contar con los de Vilar, dado que somos dos pueblos completamente unidos".
Un punto de vista que comparte Manuel Gomes, presidente de la Junta Parroquial de Vilar Formoso : "Vilar tiene unos 2.200 habitantes, -añade- pero con los de Fuentes de Oñoro tenemos unos 3.500, 4.000 habitantes. Representamos un núcleo de población muy importante. Juntos tenemos una buena oferta de restauración, piscinas, hoteles, tiendas. Por separado no podríamos tener todo esto funcionando".
El paso de Vilar Formoso es el que más transporte por carretera soporta de todos los puntos de la frontera entre Portugal y España, con 2.300 vehículos pesados al día.
Entre las medidas concretas que piden para que la futura autovía sea una motor de desarrollo y no un factor en contra. destaca la creación de una plataforma logística para atraer empresas de camiones, áreas de servicio y recalificación de terrenos para la creación de un polígono industrial.