El Defensor del Pueblo español investiga experimento de estimulación cerebral a presos agresivos

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Derechos de autor Photo by Hédi Benyounes on Unsplash
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Por Marta Rodriguez Martinez
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El proyecto, que ha sido paralizado por el Ministerio del Interior español, se estaba llevando a cabo en las cárceles de Huelva y Córdoba. La oficina del Defensor del Pueblo español está investigando la voluntariedad de los participantes.

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El Ministerio del Interior de España decidió paralizar la semana pasada la segunda fase de un experimento de estimulación cerebral en presos agresivos que se estaba llevando a cabo en las cárceles de Huelva y Córdoba desde 2016.

En el estudio participaron, 41 reclusos, 18 de ellos con condenas por crímenes de sangre, divididos en dos grupos. El Defensor del Pueblo explicó a Euronews que decidió comenzar una investigación a raíz de la llamada de un medio de comunicación y que su preocupación es la voluntariedad de los participantes en el experimento, al estar bajo un régimen de reclusión.

La investigación surgió de la iniciativa de una doctoranda interesada por la temática de agresividad y conductas agresivas y en ella participan universidades de España, Alemania y México. 

"Diseñamos un estudio para conocer mejor que áreas del cerebro están relacionadas con la agresividad", explicó Andrés Molero, profesor de la Universidad de Huelva y uno de los investigadores, en una entrevista con la radio SER, en la que aseguró que el procedimiento no es invasivo y que no tiene la finalidad de proporcionar un tratamiento.

Molero también explicó que los participantes eran voluntarios y que excluyendo a personas con enfermedades neurológicas. El profesor, quien se mostró sorprendido con la paralización del proyecto, argumentó que existe en muchas universidades de Europa. 

La primera fase, cuyos resultados fueron publicados en ScienceDirect, consistió en suministrar en el cerebro de los participantes una leve corriente eléctrica de 1,5 miliamperios, 15 minutos al día, durante tres días consecutivos.

"La reducción de la actividad de los lóbulos frontales, y en particular de la corteza prefrontal, se ha relacionado con el comportamiento violento, la agresión y el crimen", explica el estudio, que concluye que las tres sesiones consecutivas de estimulación cerebral redujeron la agresividad, tanto en los reos homicidas como en los que no lo eran.

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