Belgrado no reconoce el Estado de Kosovo que declaró unilateralmente su independencia de Serbia en 2008; un escollo para su adhesión a la UE
Las largas conversaciones cara a cara entre Serbia y Kosovo tuvieron un comienzo gélido en Bruselas el jueves, cuando Serbia acusó a Kosovo de hacer demandas poco realistas. Más de dos décadas del enfrentamiento bélico, los vecinos balcánicos reavivan los esfuerzos para normalizar las relaciones.
Un acercamiento que resaltó el negociador Miroslav Lajcak.
"Me alegro de que después de dos días de intercambio, ambos líderes acordasen continuar trabajando intensamente la próxima semana aquí en Bruselas. Y se decidió que la próxima reunión de alto nivel tendrá lugar nuevamente en Bruselas a principios de septiembre".
La diplomacia europea modera las conversaciones nuevamente como ocurrió en 2018 bajo la batuta de Federica Moguerini, la entonces Alta representante de la UE para Exteriores.
Cinco países de la UE, entre ellos España, no reconocen la independencia de Kosovo
La antigua provincia serbia de Kosovo declaró unilateralmente su independencia en 2008 con apoyo de Estados Unidos. Una independencia reconocida por más de 100 países, pero no por Serbia y su aliado, Rusia, ni tampoco por China o la India. En Europa, cinco países de la UE, España, Grecia, Eslovaquia, Rumanía y Chipre, tampoco reconocen el Estado de Kosovo.
Serbia y Kosovo deben poner fin a sus diferencias para lograr la adhesión a la UE.
El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, el español y catalán, Josep Borrell, animó a los líderes de Serbia y Kosovo a abordar las negociaciones que auspicia la UE para normalizar sus relaciones con "pragmatismo", ante la primera reunión en persona que han mantenido en mucho tiempo.