Texas y Luisiana hacen ya frente al devastador paso de Laura, uno de los huracanes más fuertes que ha golpeado Estados Unidos en los últimos tiempos.
En Lake Charles, al sur de Luisiana, el huracán, entonces de categoría 4 sobre 5, llegó a alcanzar vientos sostenidos de 240 kilómetros por hora. Los daños en esta ciudad son devastadores, con varias calles bloqueadas por grandes árboles derribados por la fuerza de Laura.
En Orange, Texas, Los feligreses de la Primera Iglesia Pentecostal Unida de la ciudad se movían este jueves entre los escombros de su templo después de que los fuertes vientos y la salvaje lluvia traida por Laura dejara el edificio prácticamente en ruinas.
El huracán, que deja a su paso seis muertos y un sinfín de daños, ha ido perdiendo fuerza con el paso de las horas, pasando de ser un huracán de categoría 4 a una tormenta tropical.
