Por Maggie Fick
NAIROBI, 21 may (Reuters) - Tras un estresante año trabajando como médico en el mayor hospital público de Kenia durante la pandemia de COVID-19, Ngala Mwendwa recibió en marzo su primera dosis de la vacuna de AstraZeneca y pudo respirar aliviado.
La vacuna fabricada en la India fue suministrada por COVAX, una iniciativa mundial de vacunas que ha supuesto un salvavidas para las naciones africanas pobres. Sin embargo, ahora que la India está inmersa en su propia crisis, Mwendwa no sabe cuándo recibirá su segunda dosis.
"Es la manera en que estamos en desventaja como país del tercer mundo", dijo a Reuters después de un turno en la sala de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Nacional Kenyatta. "Da miedo".
Antes de verse afectada por el mayor número de infecciones diarias del mundo, la India había sido fundamental para los esfuerzos mundiales de vacunación. El Instituto Serum de la India, el mayor productor mundial de la vacuna de AstraZeneca, era la piedra angular de la cadena de suministro de COVAX.
Sin embargo, esta semana algunas fuentes dijeron a Reuters que es poco probable que las exportaciones de vacunas de la India, interrumpidas en marzo, se reanuden al menos hasta octubre, ya que el país está desviando las vacunas para su uso interno.
Entre febrero y mayo, África recibió sólo 18,2 millones de los 66 millones de dosis previstas a través de COVAX.
Eso ha dejado en el limbo a decenas de millones de africanos que han recibido una primera dosis de AstraZeneca.
"La ansiedad y el estrés están definitivamente ahí", dijo Mwendwa, que perdió a su mentor -un cirujano- y a varios amigos por la pandemia el año pasado. "Volvemos al principio".
El dilema de África pone de manifiesto la enorme desigualdad entre las naciones ricas, que pudieron acaparar los suministros de vacunas desde el principio, y los países pobres que dependen de COVAX y de las donaciones.
Hasta la fecha se han administrado unos 1.530 millones de dosis en todo el mundo, pero sólo alrededor del 1% de ellas en África, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
(Informe adicional de Omar Mohammed en Nairobi, editado por Joe Bavier, Alexandra Hudson; traducción de Flora Gómez en la redacción de Gdansk)