Por Guy Faulconbridge y Natalie Thomas
CANTERBURY, Inglaterra, 7 oct - Europa debería recibir a los inmigrantes con compasión y no con alambres de púa, dijo el escritor tanzano Abdulrazak Gurnah, ganador del Premio Nobel de Literatura 2021, quien sostuvo que el gobierno británico es "bastante desagradable" con quienes piden asilo.
Gurnah, que en sus libros explora los legados del imperialismo sobre las personas desarraigadas, dijo que se quedó tan sorprendido cuando lo llamaron por teléfono desde la Academia Sueca para comunicarle que le habían otorgado el galardón que pensó que se trataba de una broma.
Habló de la experiencia de la emigración, de dejar atrás a la familia y parte de la propia existencia por una vida en una nueva sociedad en la que uno siempre se siente en parte extranjero, y criticó con dureza al gobierno británico.
"Actualmente, parece que el gobierno (británico) es bastante desagradable con las personas que solicitan asilo o que buscan ser admitidas en este país", dijo Gurnah, de 73 años, a Reuters en su jardín en Canterbury, al sur de Inglaterra.
"Les parece tan sorprendente que personas procedentes de lugares con realidades difíciles quieran venir a un país que es próspero. ¿Por qué iban a sorprenderse? ¿Quién no querría venir a un país más próspero? Hay una especie de mezquindad en esta respuesta", señaló.
Gurnah, nacido en Zanzíbar -actual Tanzania-, dijo que los emigrantes no venían sin nada, sino que querían trabajar y expresó su asombro por la resolución y el valor de quienes viajan tan lejos para escapar de sus propios países en busca de una nueva vida.
"Esto se construye de alguna manera como si fuera inmoral, se usa la frase 'migrante económico'- como si ser un migrante económico fuera algún tipo de delito (...) Millones de europeos a lo largo de los siglos dejaron sus hogares precisamente por esa razón e invadieron el mundo precisamente por esa razón", destacó.
El otro lado de la ecuación, sostuvo, es por qué la gente siente que debe embarcarse en viajes tan peligrosos para acceder a una nueva vida.
"Hay que preguntarse: ¿qué tiene de horrible el lugar en el que se encuentran para que hagan esas cosas, para que corran esos riesgos?
Europa debería replantearse su enfoque de la migración, señaló. "Con mayor compasión en lugar de con alambre de púas, y con el discurso de que Europa va a ser destruida".