El lenguaje de la COP26 nubla el futuro del cambio climático

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El lenguaje de la COP26 nubla el futuro del cambio climático Derechos de autor Thomson Reuters 2021
Por Reuters
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Por Shivani Singh, Aaron Sheldrick y Noah Browning

PEKÍN, 15 nov - La forma en que la humanidad se enfrentará al cambio climático puede depender de las intenciones que haya detrás de dos palabras.

El sábado, la conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima (COP26) adoptó anunció un acuerdo final en el que se eliminó en el último momento la mención a la "eliminación gradual" de la energía procedente del carbón, sustituyéndola por la de su "reduccón gradual".

Los productores de carbón -el combustible fósil más contaminante- y los países consumidores de petróleo, gas y carbón afirmaron que el cambio de redacción demuestra el éxito de su defensa del uso de recursos naturales cuya demanda sigue siendo alta frente a una oferta escasa.

"Si queremos pasar con éxito al sistema energético del mañana, no podemos simplemente desenchufarnos del sistema energético de hoy", declaró el lunes Sultan al-Jaber, director general de la compañía petrolera estatal de Abu Dhabi, Abu Dhabi National Oil Co (ADNOC).

"No podemos limitarnos a pulsar un interruptor".

El sector de los hidrocarburos necesitará invertir más de 600.000 millones de dólares al año hasta 2030 para satisfacer la demanda prevista, dijo.

El cambio de redacción, y una cláusula que pide el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles calificadas de "ineficientes", molestaron a los países más progresistas y a los activistas en defensa del medio ambiente.

Para los observadores del sector de los hidrocarburos, el de la COP26 es un vaso medio lleno.

"Los cambios de última hora reflejan la realidad actual de los mercados energéticos individuales, en los que los países pretenden priorizar la seguridad del suministro sobre los objetivos medioambientales", dijo Prakash Sharma, de la consultora de recursos naturales Wood Mackenzie.

El acuerdo fue aplaudido por algunos por mantener vivas las perspectivas de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, si bien muchos de los casi 200 países aspiraban a salir de la conferencia de Glasgow con más avances.

"Nos decepcionó el cambio de última hora en el lenguaje sobre el carbón", dijo Simon Kofe, ministro de Asuntos Exteriores de Tuvalu, un país de baja altitud que se considera en primera línea de la batalla climática.

"Creo que estamos bastante decepcionados, al igual que otros países insulares del Pacífico, con ese cambio de última hora", dijo Kofe a Reuters. "Es básicamente la supervivencia de países como Tuvalu (la que está en juego)".

COMO DEJAR DE FUMAR

El éxito de la India, respaldada por China y otras naciones en vías de desarrollo dependientes del carbón, de conseguir un lenguaje menos perentorio sobre el carbón llevó al presidente británico de la COP26, Alok Sharma, al borde de las lágrimas.

Los países en vías de desarrollo, que por fin disfrutan de un crecimiento en auge, desconfían de los esfuerzos de los prósperos países occidentales -donde la producción de combustibles fósiles ya ha tocado techo- por frenar la producción de carbón.

La conferencia de dos semanas de duración celebrada en Escocia supuso una importante victoria en la resolución de las normas relativas a los mercados de carbono, pero no sirvió para calmar las preocupaciones de los países vulnerables sobre la financiación climática prometida desde hace tiempo por las naciones ricas.

Los países más vulnerables afirman que las naciones desarrolladas, responsables en gran medida del calentamiento del planeta, deben financiar tanto su transición desde los combustibles fósiles como la adaptación a un impacto climático cada vez más grave.

"Ninguna COP impondrá restricciones reales a los combustibles fósiles, los países (productores de combustibles) fósiles siempre bloquean esas ideas", dijo Tomas Kåberger, profesor de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Suecia.

Los mercados de la energía, agitados por la escasez y el vaivén de la demanda y la oferta durante la pandemia de la COVID-19, pueden dificultar aún más la transición.

El gas natural, el carbón y el petróleo sufrieron una escasez de inversiones durante los confinamientos por COVID-19 en todo el mundo, pero el repunte de la demanda sugiere que los malos hábitos son difíciles de abandonar.

China, el mayor productor y consumidor de carbón del mundo, registró el lunes su mayor producción mensual de este combustible fósil en octubre desde marzo de 2015, ya que las minas aumentaron la producción para aumentar el suministro para la temporada de calefacción de invierno y para hacer frente a la escasez de energía.

Las existencias de carbón en China cayeron tras el acuerdo climático, pero un entorno de oferta ajustada proporcionó un piso para los precios.

La empresa japonesa Jera, el mayor comprador de gas natural licuado del mundo, dijo que pagará 2.500 millones de dólares por una participación en Freeport LNG con la que se asegurará el suministro de gas a largo plazo para alimentar su generación de electricidad.

"Dejar el carbón es como dejar los cigarrillos", afirmó Li Shuo, asesor principal de Greenpeace en Pekín, al comentar las perspectivas del carbón tras la COP26.

"No será indoloro, pero hay que hacerlo, no sólo por los demás sino por uno mismo".

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