PARÍS, 8 dic - La quinta oleada de COVID-19 que azota a Francia aún no ha alcanzado su punto álgido, declaró el miércoles el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, y el principal asesor del gabinete sobre el coronavirus indicó que era posible una cuarta vacuna para combatir la enfermedad.
"Está claro que el pico no ha quedado atrás, la pandemia sigue ganando terreno", dijo Attal durante una rueda de prensa tras la reunión semanal del gabinete, aunque añadió que el ritmo de aumento de los nuevos casos diarios parecía estar disminuyendo un poco.
"Pero sigue extendiéndose rápidamente y seguirá haciéndolo en las próximas semanas", dijo, días después de que Francia anunciara nuevas restricciones para contener la propagación del virus impulsada por la variante delta, incluyendo el cierre de clubes nocturnos antes de Navidad y un endurecimiento de las medidas de distanciamiento social.
La media móvil de siete días de nuevos contagios confirmados marcó el martes un nuevo máximo de 2021, con más de 44.500.
Anteriormente, el principal asesor del Gobierno en materia de COVID-19, Jean-Francois Delfraissy, afirmó que Francia "volverá a sufrir", ya que esta nueva oleada va a pasar factura a un "sistema hospitalario ya cansado".
Francia, cuya población adulta está totalmente vacunada en más de un 90%, espera que una campaña nacional en la que se invita a todos los mayores de 18 años a vacunarse por tercera vez —o a recibir una inyección de refuerzo— lo más rápidamente posible, evite la necesidad de endurecer los controles en la vida cotidiana.
"Por ahora, se pide una vacuna de refuerzo. ¿Será suficiente? No lo sé. Tal vez necesitemos una cuarta vacuna", dijo Delfraissy, añadiendo que las vacunas eran principalmente eficaces contra las formas graves del COVID-19 y menos contra la transmisión del virus.