Por Brenda Goh y Winni Zhou
SHANGHÁI, 31 mar – Los habitantes de Shanghái se apresuraban el jueves a abastecerse de víveres mientras se preparaban para el cierre de las zonas occidentales de la ciudad con el fin de detener la propagación del COVID-19, mientras las autoridades pedían que se sigan cumpliendo las restricciones.
La capital comercial de China, con 26 millones de habitantes, se encuentra en el cuarto día de un confinamiento de dos fases, dividido entre el centro histórico al oeste del río Huangpu y el distrito financiero e industrial de Pudong al este.
El transporte público en las zonas occidentales se detendrá, y los residentes quedarán confinados en sus casas desde las 3 de la madrugada del viernes (1900 GMT del jueves).
En el centro de Shanghái, los verduleros y los carniceros vendían sus productos detrás de las barreras y en las aceras. Los restaurantes anunciaban grandes descuentos a través de grupos de chat en las redes sociales.
“¡Súper oferta de confinamiento! 50% de descuento en filetes”, anunciaba un folleto de un restaurante de carne de alta gama.
El cierre en dos fases comenzó el lunes en los distritos del este y las limitaciones se levantarán a las 5 de la madrugada del viernes. No obstante, algunos residentes dijeron a Reuters que se les podría pedir que se queden más tiempo, ya que el número de nuevos contagios sigue aumentando.
Las autoridades decidirán el levantamiento de la primera fase en función de los resultados de las pruebas y la asesoría de los expertos, dijo el funcionario gubernamental local Ma Chunlei en una conferencia de prensa diaria.
El recuento diario de infecciones en Shanghái se redujo por primera vez en unas dos semanas, según informaron las autoridades el jueves.
El miércoles se registraron 5.298 nuevos casos asintomáticos de transmisión local y 355 sintomáticos, frente a los 5.656 y 326 del día anterior.
Shanghái representaba casi el 80% de los casos asintomáticos locales en toda China para el miércoles, y alrededor del 20% de los sintomáticos.