En una de las estaciones de metro de Járkov que sirven de refugio antibombas en el este de Ucrania, dos titiriteros representan un cuento de hadas de sobremesa para un grupo de niños embelesados. 

Con un elenco de muñecos caricaturescos que incluyen un rey bigotudo y una piara de cerdos, Oleksandra Shlykova y Anton Andriushchenko cuentan la historia de "Las princesas son diferentes", cautivando a los niños y a sus padres. También les distraen de los casi constantes bombardeos que llueven sobre la ciudad de la ciudad que llueven por encima de ellos, mientras Rusia intensifica su ofensiva en el este de Ucrania.