Por Michelle Nichols
NACIONES UNIDAS, 29 ago - La comunidad internacional debe reanudar las donaciones para el desarrollo de Afganistán, que enfrenta una crisis humanitaria y económica cada vez más grave, dijo el lunes el jefe de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, un año después de que se interrumpiera el flujo tras la llegada al poder de los talibanes.
El país ha dependido durante mucho tiempo de la ayuda para el desarrollo, que se recortó cuando la comunidad internacional exigió a los talibanes que respetaran los derechos de los afganos, en particular de las niñas y las mujeres, cuyo acceso al trabajo y a la educación ha sido limitado por el grupo islamista.
"La pobreza se agudiza, la población sigue creciendo y las autoridades de facto no tienen presupuesto para invertir en su propio futuro. Tenemos claro que es necesario reanudar el apoyo al desarrollo", dijo Griffiths ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Más de la mitad de los 39 millones de habitantes de Afganistán necesitan ayuda humanitaria y seis millones de personas están en riesgo de hambruna, dijo Griffiths. Se estima que más de un millón de niños "sufren la forma más grave de desnutrición, que pone en peligro su vida" y podrían morir si no reciben el tratamiento adecuado, agregó.
"Las autoridades de facto de Afganistán también deben poner de su parte (...) Las trabajadoras de la ayuda humanitaria deben poder trabajar sin obstáculos y con seguridad. Y hay que permitir que las niñas continúen su educación", remarcó.
Los talibanes no han sido reconocidos formalmente por ningún Gobierno extranjero y siguen sometidos a sanciones internacionales, que según Naciones Unidas y los grupos de ayuda están obstaculizando las operaciones humanitarias en Afganistán.