FRÁNCFORT, 26 ago - Los responsables de la política monetaria del Banco Central Europeo mantuvieron un amplio debate sobre sus nuevas directrices en materia de tipos de interés y revisaron la propuesta varias veces para disipar las preocupaciones y objeciones de los reguladores económicos, según mostraron el jueves las actas de su reunión del 22 de julio.
Los estrategas acordaron una nueva directriz en la reunión, que promete un período aún más largo de tipos de interés sin cambios o reducidos y condiciona la primera subida a un aumento aún más pronunciado de la inflación.
Pero este acuerdo se produjo tras una reunión especialmente tensa en la que los dirigentes volvieron a redactar las directrices dos veces con el fin de encontrar un compromiso adecuado después de que se planteara una serie excepcional de objeciones.
"Una gran mayoría de los miembros indicó que podía apoyar la propuesta revisada de directriz a futuro", mostraron las notas. "Al mismo tiempo, unos pocos miembros mantuvieron sus reservas, ya que la formulación modificada no abordaba suficientemente sus preocupaciones".
Al final, sólo dos responsables, los jefes de los bancos centrales alemán y belga, se opusieron a la redacción, que estipula que los tipos no subirán hasta que el BCE vea que la inflación alcanza el 2% "muy por delante" de su horizonte de proyección, y se mantendrán en el objetivo de forma duradera.
La inflación lleva casi una década sin alcanzar el objetivo del BCE y los responsables de la política monetaria prevén que el crecimiento de los precios seguirá siendo anémico durante los próximos años, lo que sugiere que no habrá subidas de tipos en la primera mitad de la década actual.
El BCE se reunirá de nuevo el 9 de septiembre y tendrá que decidir si mantiene un volumen elevado de compras de bonos o si permite que disminuyan, dada la caída de los rendimientos y el debilitamiento del euro desde la última reunión de política monetaria.