28 sep - El índice bursátil español Ibex-35 cerró el martes con pérdidas que lo devolvieron a niveles claramente inferiores a los 9.000 que había conseguido superar en la sesión anterior.
Las bolsas europeas tocaron mínimos de una semana, ante indicios de desaceleración en China y el alza de los retornos de los bonos gubernamentales. Los índices de industria y de construcción y materiales se hundieron a sus peores caídas diarias desde septiembre y octubre de 2020, respectivamente.
Tanto esos valores como los tecnológicos están fuertemente condicionados a escala mundial a las perspectivas de una subida de tipos de interés y de una inflación en aumento que persista a largo plazo.
"La caída en los mercados de bonos está relacionada con la lectura por parte de los mercados de las recientes declaraciones de la Reserva Federal y del Banco de Inglaterra, que son más agresivas en lo que respecta al calendario de subidas de tipos", dijo Sarah Hewin, economista sénior de Standard Chartered Bank.
Los inversores en crédito de Estados Unidos siguen preocupados sobre todo por la inflación, aunque China saltó al segundo puesto en una encuesta de septiembre de BofA realizada la semana pasada.
La inflación encabezó la lista por tercera vez consecutiva con el 66% de los encuestados, mientras que el 65% citó a China, frente al 33% de la encuesta de julio de la firma.
En este contexto, el selectivo bursátil español Ibex-35 cerró con una caída de 233,50 puntos el martes, un 2,59%, hasta 8.769,40 puntos, mientras que el índice de grandes valores europeos FTSE Eurofirst 300 perdió un 1,97%.
En el sector bancario, Santander perdió un 3,83%, BBVA retrocedió un 1,61%, Caixabank cedió un 3,67%, Sabadell cayó un 1,96%, y Bankinter se dejó un 2,55%.
Entre los grandes valores no financieros, Telefónica retrocedió un 0,48%, Inditex cedió un 3,16%, Iberdrola se dejó un 2,35%, Cellnex cayó un 3,70% y la petrolera Repsol subió un 0,53%.
El operador de aeropuertos Aena cerró con una ligera ganancia del 0,17%, después de que España haya aprobado un plan de infraestructuras aeroportuarias de 2.250 millones de euros que incluye la congelación de sus tarifas aeroportuarias.