Por Jan Strupczewski
VERSALLES, Francia, 10 mar - Los dirigentes de la Unión Europea prepararán el viernes el terreno para un posible gasto inesperado por la guerra de Ucrania, pero no mencionarán ninguna nueva emisión de deuda conjunta de la UE, según el borrador de las conclusiones de la cumbre.
Los mandatarios de los 27 países de la UE se reúnen en Versalles, cerca de París, para debatir sobre un mayor gasto en defensa tras la invasión de Ucrania por parte de Moscú, el intento de Kiev por convertirse en miembro de la UE y las formas de hacer que Europa sea estratégicamente independiente de los proveedores mundiales de energía, microchips y alimentos.
A medida que avanzaba la recuperación de la pandemia del COVID-19, que aumentó fuertemente la deuda pública en toda la UE, los Gobiernos habían planeado retirar gradualmente las ayudas fiscales de emergencia que habían sido necesarias para mantener las economías en funcionamiento durante los confinamientos.
Pero la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha obligado a la UE a reconsiderar este planteamiento, ya que se prevé un fuerte aumento del gasto en defensa y de la inversión en fuentes de energía renovables para facilitar el abandono del gas, el petróleo y el carbón rusos.
"Nuestras políticas fiscales nacionales tendrán que tener en cuenta las necesidades generales de inversión y reflejar la nueva situación geopolítica", decía el proyecto de conclusiones de la cumbre.
"Perseguiremos políticas fiscales sólidas, que garanticen la sostenibilidad de la deuda de cada Estado miembro, entre otras cosas, incentivando las inversiones que fomentan el crecimiento y que son clave para nuestros objetivos de 2030", dicen las conclusiones.
DEUDA CONJUNTA
Algunos países, como Francia, quieren que se emita nueva deuda conjunta de la UE para ayudar a amortiguar el cambio de las importaciones energéticas rusas, el impacto de las sanciones impuestas a Moscú por Ucrania y el impulso para lograr una mayor independencia de los proveedores mundiales de alimentos y microchips.
Sin embargo, Alemania, Países Bajos y otros países se oponen firmemente a esta medida, alegando que hay mucho dinero aún sin utilizar en el fondo de recuperación de la UE, de 800.000 millones de euros, que el bloque ya está tomando prestado conjuntamente para financiar muchos de los retos.
Hasta ahora sólo se han desembolsado 74.000 millones de euros del fondo total de la UE, ya que los Gobiernos nacionales tienen que preparar los proyectos que se financiarán con las subvenciones y los préstamos ultra baratos.
"Tenemos otros instrumentos (además de la nueva deuda conjunta), utilicémoslos primero", dijo un responsable de la eurozona.
El borrador de las conclusiones puso de manifiesto que los dirigentes de la UE quieren encontrar dinero para los retos que se avecinan, aprovechando los fondos públicos para atraer capital privado y facilitando los proyectos innovadores.
"Utilizaremos el presupuesto y el potencial del Grupo del Banco Europeo de Inversiones para catalizar las inversiones privadas, incluida la financiación de mayor riesgo para el emprendimiento y la innovación", dijeron.