MADRID - La actividad del sector servicios en España creció en abril a su ritmo más rápido desde noviembre, impulsada por la relajación de las restricciones por la COVID-19, aunque el aumento de los precios, especialmente de la energía, siguió enturbiando las perspectivas económicas, según mostró una encuesta el miércoles.
El índice de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) de S&P Global para el sector servicios, que representa alrededor de la mitad de la producción económica de España, subió a 57,1 puntos el mes pasado desde los 53,4 de marzo, muy por encima de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción.
Las empresas encuestadas dijeron que la relajación de las restricciones por la COVID-19 está apoyando una mayor demanda del mercado, en gran parte de los clientes nacionales.
Mientras tanto, las ventas extranjeras y la actividad turística parecen estar sufriendo el lastre de la guerra en Ucrania, que ha hecho subir las facturas de la energía para hogares y empresas.
La inflación española a 12 meses se redujo al 8,4% en abril, desde el máximo de casi 40 años alcanzado en marzo del 9,8%, pero la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles, alcanzó su nivel más alto desde 1995.
"Cuanto más tiempo duren estas altas tasas de inflación, mayor será la preocupación de que el crecimiento eventualmente se verá afectado en un punto delicado de la recuperación del sector tras los devastadores impactos de la COVID-19", escribió el director de economía de S&P Global, Paul Smith.
El Gobierno español recortó el viernes sus perspectivas de crecimiento económico para este año al 4,3% desde el 7%, tras informar de una fuerte desaceleración en el primer trimestre debido al impacto negativo de la subida de los precios de la energía.
El lunes, otra encuesta mostró que el crecimiento de la actividad en el sector manufacturero español se ralentizó el mes pasado como consecuencia de una huelga del sector del transporte y de la preocupación de las empresas por la guerra en Ucrania.