Por Leika Kihara
TOKIO, 22 jun - Algunos miembros del consejo de gobierno del Banco de Japón se mostraron preocupados por la posibilidad de que una excesiva volatilidad de la moneda pueda perturbar los planes de negocio de las empresas, según mostraron las actas de la reunión de abril del banco, lo que pone de manifiesto el reto que supone para los responsables de política monetaria la fuerte caída del yen.
Sin embargo, muchos de los miembros del consejo insistieron en la necesidad de mantener el programa de estímulo masivo del Banco de Japón para apoyar una economía todavía frágil, según las actas publicadas el miércoles, lo que indica que no ven la necesidad de modificar los tipos de interés ultrabajos de Japón para frenar la caída del yen.
El Banco de Japón debe comunicar a los mercados que su política monetaria tiene como objetivo lograr la estabilidad de los precios, y no controlar los movimientos del tipo de cambio, según algunos miembros.
"Unos pocos miembros dijeron que las fluctuaciones excesivas en el mercado de divisas durante un corto periodo de tiempo, como las observadas recientemente, aumentarían la incertidumbre sobre el futuro y dificultarían la formulación de los planes de negocio de las empresas", según las actas.
Uno de los miembros dijo que un yen débil beneficiaba a la economía en un momento como el actual, en el que la brecha de producción seguía siendo grande y la inflación subyacente era "extremadamente baja".
En la reunión del 27 y 28 de abril, el Banco de Japón reforzó su compromiso de mantener los tipos de interés ultrabajos al prometer la compra diaria de cantidades ilimitadas de bonos para defender su objetivo de rentabilidad, lo que provocó nuevas ventas del yen.
La debilidad del yen se ha convertido en un nuevo reto para los responsables de política monetaria japoneses, ya que perjudica a la economía al inflar los ya crecientes costes de importación de combustibles y materias primas.
El yen se desplomó hasta un nuevo mínimo de 24 años, de 136,71 por dólar, a primera hora del miércoles, mientras los inversores seguían centrándose en el contraste entre la política ultralaxa del Banco de Japón y los planes de subida de tipos de la Reserva Federal de Estados Unidos para combatir la creciente inflación.
En el momento de redactar este artículo cotizaba en torno a 136,32 por dólar.