Cerca de 3000 aficionados reds se dieron cita en las inmediaciones de Anfield para celebrar el primer título liguero de su equipo en 30 años.
Ni distancia de seguridad ni, en muchos casos, mascarilla protectora. Como ya se temía, la celebración en las inmediaciones de Anfield del título de liga conseguido recientememte por el Liverpool se tradujo en el mejor ejemplo posible de lo que no hay que hacer en estos tiempos de pandemia.
La policía de Merseyside confirmaba la asistencia a los alrededores del estadio de unos 3.000 aficionados, nueve de los cuales fueron arrestados. Tanto la directiva como el entrenador Jurgen Klopp y los capitanes ya han habían pedido a los seguidores que no acudieran a Anfield Road. En el interior del estadio, y tras vencer por 5 a 3 al Chelsea en el último partido de la temporada, el equipo celebraba ante unas gradas vacías su primer título liguero en 30 años, la primera Premier.
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Las advertencias fueron en vano. Miles de personas celebraron con bengalas, cánticos y cerveza en mano la consecución de la Premier, en unas imágenes muy similares a las vividas hace prácticamente un mes, cuando los reds se proclamaban matemáticamente campeones. Una vez más, en este caso desgraciadamente, el Liverpool no caminó solo.