Se ha ido pero su magia permanece intacta. Solamente Maradona es capaz de unir en el llanto a acérrimos adversarios como son los hinchas de Boca Juniors y River Plate. Hoy no hay colores distintos. Hoy no hay equipos. Hoy, todos los aficionados al fútbol animan a un único jugador: el 'Pibe de Oro'.
PUBLICIDADSe ha ido pero su magia permanece intacta. Solamente Maradona es capaz de unir en el llanto a acérrimos adversarios como son los hinchas de Boca Juniors y River Plate. Hoy no hay colores distintos. Hoy no hay equipos. Hoy, todos los aficionados al fútbol animan a un único jugador: el 'Pibe de Oro'.
El astro argentino pasó de ser odiado por millones de británicos por aquella inolvidable 'Mano de Dios', a ser adorado por todo el mundo del fútbol en apenas cuatro minutos. El tiempo que transcurrió entre su 'pillería' de jugador 'canchero' y el considerado 'mejor gol de la historia'. Ambas acciones, obra de un 'Dios' de la 'pelota de cuero'. Ambos goles, a Inglaterra, en el Mundial de México. Y ambos, también, firmados por un argentino universal al que el fútbol siente como suyo y de nadie más.
Porque él era feliz con el balón pegado a sus botas. Hasta que su cuerpo no aguantó más batallas y, entonces, miró al banquillo y pidió el cambio. Dejó la cancha que tanto amó para irse y no volver más. Perdió el partido que nadie quiere perder, el de la vida. Perdió él y perdió el fútbol.
Se ha ido y ya no volverá pero nunca dejará el 'reino de los mortales'. Porque el mítico número 10 de la 'albiceleste' es eterno. Dicen que, uno desaparece cuando es olvidado. Por eso, Maradona seguirá vivo en la memoria del fútbol, hasta el fin de los días. Hoy toca recordar con alegría su 'indomable' figura. Genio, artista sin parangón, nadie ha generado tanta admiración, cariño y, al mismo tiempo, controversia, como lo ha hecho él.
Hoy, el mundo echa de menos al 'Diego' y el fútbol, añora a Maradona.