¿Qué es el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y por qué es importante?

¿Qué es el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y por qué es importante?
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Por Efi Koutsokosta
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La reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento ha entrado de lleno en el debate europeo. ¿Pero qué dicen estas reglas fiscales europeas?

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Repensar la gobernanza económica en una Europa posterior a la Covid-19 ya centra parte de los debates de los ministros de la UE.

Los ministros de finanzas de la Eurozona se han acercado a su primera discusión sobre qué hacer con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que ha estado congelado desde el inicio de la pandemia. Su encuentro de este lunes era el primero de 2022.

La revisión del llamado libro de reglas fiscales de la UE se ha reiniciado en un contexto completamente diferente al que se inició antes de la pandemia.La deuda pública se ha incrementado significativamente, las brechas regionales, económicas y sociales se han agudizado, las presiones inflacionistas insisten en generar incertidumbres y el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (RRF) ha dado otro rumbo al proyecto de la UE.

Esto pone a los responsables políticos de la UE frente no solo a abordar las deficiencias preexistentes de su libro de reglas, sino también a la emergencia para abordar los desafíos posteriores a la pandemia, incluidas las transiciones ecológica y digital.

Pero primero, ¿qué es este pacto que necesita ser cambiado?

Pacto de Estabilidad y Crecimiento, ¿Qué es y por qué es importante?

Descrito como el libro de reglas fiscales de la Eurozona, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) en pocas palabrass un conjunto de reglas fiscales diseñadas para evitar que los países de la UE gasten más allá de sus posibilidades. Esto significa que, desde 1997, se ha acordado que los Estados miembros no pueden tener un déficit público superior al 3% de su Producto Interior Bruto (PIB) ni una deuda superior al 60% de su PIB.

La Comisión Europea y el Consejo de Ministros de Finanzas son los encargados de vigilar que se cumpla. Emiten una recomendación anual sobre medidas políticas y monitorean a los Estados miembros para que cada nación cumpla con las regulaciones presupuestarias.

Los países que incumplen las reglas durante tres años consecutivos son multados con un máximo del 0,5% de su PIB, algo que en realidad nunca se ha cumplido. Aun así, la amenaza se ha cernido durante año sobre los países del Sur de la UE como España.

El PEC genera opiniones contradictorias en el seno de la UE. Tiene fervientes defensores pero también oponentes. A menudo ha sido criticado por marcar unas reglas fiscales estrictas e inflexibles, aunque ha habido varias reformas y mecanismos complementarios a lo largo de los años. Pero el marco sigue siendo estricto.

Una de las criticas es que su función principal es castigar a los Estados miembros más pobres y débiles, mientras que países, como Francia, que ha superado varias veces el límite de déficit del 3 %, nunca se ha enfrentado realmente a una amenaza.

El ex presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, reconoció en una ocasión el verdadero motivo de el diferente trato de opiniones. "Francia es Francia", aseguró con cinismo.

El impacto de la Covid-19 y las divisiones internas

En marzo de 2020, la Comisión Europea activó una cláusula de escape general en el PEC, que permite a los Estados miembros superar los límites normales de déficit y deuda debido al repentino impacto económico causado por la pandemia de la Covid-19. Estas reglas permanecerán suspendidas hasta 2023.

Antes del inicio de la pandemia ya se había abierto la puerta a reformar el pacto. La consulta pública promovida por la Comisión finalizó a finales de 2021 y ahora le toca a la Comisión Europe presentar una propuesta y prepararse para que empiece la negociación.

Francia, que ocupa la presidencia semestral de la UE hasta junio, espera que el nuevo marco se cierre bajo su dirección, algo que los diplomáticos europeos creen que es muy ambicioso y poco probable.

¿Por qué? Porque las divisiones aún son profundas entre los Estados miembros y las sombras del período de la crisis financiera aún están presentes.

El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, que acudió al Eurogrupo el lunes reveló las prioridades de Francia. 'Tendremos que tener un pacto de crecimiento. El crecimiento antecede a la estabilidad, crecimiento sostenible, crecimiento justo, crecimiento imprescindible para todos los ciudadanos europeos. Así que tenemos que ver qué tipo de inversión deberíamos tener para alcanzar un crecimiento más verde', defendió Le Maire.

Pero el nuevo ministro de Finanzas alemán, el liberal Christian Lindner, conocido por ser de línea dura, fue aún más claro en lo que respecta a las reglas. 'Desde mi punto de vista, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento ha demostrado su flexibilidad durante la crisis, pero ahora es el momento de volver a crear reservas fiscales. Necesitamos ser resilientes no solo en el sector privado sino también en el sector público y por eso estoy muy a favor de reducir la deuda soberana y este es uno de los detalles importantes y este año creo que tendremos un enfoque integral sobre ello', aseguró.

Francia, que quiere cambiar drásticamente el Pacto de Estabilidad y Crecimiento para hacerlo más flexible, seguramente contará con el apoyo de Italia y los Estados miembros del Sur, incluidos Grecia, Portugal y España.

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El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro italiano, Mario Draghi, enfatizaron el mes pasado en un artículo conjunto que el "gasto clave para el futuro" debería incentivarse bajo un conjunto revisado de reglas que indique que las inversiones estratégicas deberían estar exentas de las reglas de gasto de la UE.

La resistencia proveniente de los frugales, entre los que se cuentan Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia, debería fuerte. Las opiniones de Alemania o Austria, dispuestas a recuperar las normas del pacto en 2023, ya están pidiendo un regreso a la normalidad de las reglas, la disciplina fiscal y la supervisión para evitar el despilfarro.

La UE está, en cualquier caso, lejos de alcanzar un consenso político. La nueva saga económica de la UE incluye altas deudas públicas y compromisos de inversión pública para la transformación verde y digital. Si los responsables políticos de la UE han aprendido de las lecciones del pasado como prometen o no, queda por verse en las próximas semanas o, como indicó el Comisario Gentiloni el lunes, probablemente meses.

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