Thomas Bakenge, administrador de Kalehe, el territorio más afectado, declaró el sábado a la prensa que hasta el momento se habían recuperado más de 300 cadáveres, pero que proseguían los esfuerzos para encontrar más víctimas.
En el pueblo de Nyamukubi, donde cientos de casas fueron arrasadas por las aguas, los equipos de rescate y los supervivientes excavaron el sábado entre las ruinas en busca de más cadáveres entre el barro.
Los aldeanos lloraban mientras se reunían en torno a algunos de los cuerpos recuperados, que yacían sobre la hierba cubiertos de telas enlodadas cerca de un puesto de los trabajadores de rescate.
Anuarite Zikujuwa, superviviente de las inundaciones, aseguraba haber perdido a toda su familia, incluidos sus suegros, así como a muchos de sus vecinos. Buscando a seis de sus siete hijos, Mushalusa Kambele intentaba remover el barro y los escombros de lo que una vez fue una casa.
Explicaba que el cuerpo de la mujer que vivía al lado había sido encontrado con sus tres hijos en brazos. Los ríos se desbordaron el jueves en aldeas del territorio de Kalehe, cerca de las orillas del lago Kivu.
Las autoridades han informado de decenas de heridos, mientras que varias carreteras principales de la zona afectada han quedado intransitables a causa de las lluvias, lo que ha dificultado las labores de socorro.
El Presidente Felix Tshisekedi ha declarado un día de luto nacional el lunes en honor a las víctimas, y el gobierno central está enviando un equipo de gestión de crisis a Kivu del Sur para apoyar al gobierno provincial.
Las lluvias torrenciales de los últimos días han provocado la miseria de miles de personas en África Oriental, y en algunas zonas de Uganda y Kenia también se han registrado aguaceros extremos.
