Malta: aulas ecológicas
Malta es el único país miembro de la Unión Europea cuyo consumo energético depende al cien por cien de combustibles fósiles. La energía solar está apenas empezando a desarrollarse y al no tener recursos en su territorio los tiene que importar. Educar en el ahorro energético es, por tanto, crucial para la isla.
En el barrio de Cospicua, la escuela primaria St. Francis ha pasado a la acción participando en U4energy, un concurso de la Comisión Europea. No se trata solo de enseñar en clase, sino de implantar medidas concretas para mejorar la eficiencia energética de la propia escuela. St. Francis ha conseguido tener las aulas más eficientes energéticamente del país y de Europa.
EEUU: La Universidad en los bosques
Los bosques del este de Estados Unidos son una de las mayores esponjas de carbono del mundo, una poderosa defensa natural contra el cambio climático. Pero también necesitan protección, y sus dueños, a menudo presionados por cuestiones financieras, no saben cómo hacerlo.
La Universidad Cornell, una de las más prestigiosas de Estados Unidos, tiene un programa destinado a formar a 650.000 propietarios de bosques del estado. Para ello, cuenta con 140 voluntarios que vistian a estos propietarios en su terreno.
Una de las principales preocupaciones del programa es asegurar que los dueños del bosque no corten la madera por la presión de tener un beneficio inmediato. Especialmente en medio de una grave crisis económica.
La Amazonía: absorbiendo el CO2
Recorriendo la Rondonia, en el noroeste de Brasil, se aprecia la deforestación salvaje e ilegal que ha destruido el bosque amazónico dejando a su paso un manto de pasto. Frente a esta tragedia los indígenas suruis han decidido tomar el mando.
Almir tiene 37 años y es el jefe de esta comunidad. Son 1.400 personas que trabajan desde 2007 para preservar su parte de la Amazonía, un paraíso natural que se extiende a lo largo de 248 mil hectáreas.
Su plan consiste en plantar áboles nuevos y expulsar a una centena de deforestadores ilegales. Gracias a la ayuda de Google Earth, que Almir ha contactado, las nuevas generaciones de suruis han aprendido a utilizar un ordenador, y están contribuyendo a crear por primera vez un mapa satelital de su territorio que detecta a los intrusos. Han sido los primeros del mundo en recibir una certificación internacional que les permitirá vender créditos de CO2 a los países que contaminan.
Los suruis tienen que decidir cómo gestionar ese dinero: un millón de euros al año hasta 2.038. Quieren financiar la protección del bosque y mejorar su calidad de vida.
“Wikipedia”: http://en.wikipedia.org/wiki/Ivy_League
Cornell