PUBLICIDADLos empleados de McDonald’s, Wendy, Burger King, Pizza Hut y KFC, entre otras cadenas de la llamada comida basura, están llamados hoy a una huelga que se espera que sea la mayor de la historia en este sector. Los convocantes piden un salario de 15 dólares por hora (el equivalente a 11,41 euros) y seguros de salud.
El germen del movimiento tuvo lugar hace dos años en Nueva York, cuando varios centenares de trabajadores de este tipo de establecimientos se echaron a la calle para exigir mejoras en sus condiciones laborales.
En esta ocasión, los huelguistas, que han recibido el apoyo de activistas, organizaciones sociales y legisladores demócratas, van a manifestarse frente a los restaurantes de más de 150 ciudades estadounidenses, y no van a obedecer a la policía cuando les ordenen disolverse.
El movimiento está cobrando cada vez más amplitud en EE.UU. En el discurso del estado de la nación de febrero, el presidente Obama pidió un aumento de los salarios hasta algo más de 10 dólares por hora, en la línea que sigue la Casa Blanca de luchar por un incremento del salario mínimo, que está ahora en 7,25 dólares (4,37 euros).
Esa es precisamente la cifra que cobra el personal de las cadenas de comida rápida, unos 4 millones de personas, pero a diferencia de sus colegas de otros establecimientos, no reciben propinas.
La industria de la comida rápida obtiene ganancias de hasta 200 mil millones de dólares al año y tiene perspectivas de crecer en un 12 por ciento en 2018, sin embargo, muchos de sus empleados están al borde de la pobreza con sueldos que solo les permiten malvivir.