Diez meses después de la anexión de Crimea a la Federación Rusa, la península del Mar Negro sigue sufriendo las consecuencias de su escisión de
PUBLICIDADDiez meses después de la anexión de Crimea a la Federación Rusa, la península del Mar Negro sigue sufriendo las consecuencias de su escisión de Ucrania.
Las empresas de sistemas de pago estadounidenses Visa y Mastercard han dejado de prestar sus servicios en las sucursales de Crimea. Una medida que entra dentro de la ampliación de las sanciones económicas decretadas por Estados Unidos hace una semana.
“No puedo ni sacar 500 rublos. Tendremos que pensar en algo”, decía una vecina de Simferópol.
“Parece que el cajero no acepta mi tarjeta. Es una Visa Electron”, añadía otro.
A pesar de que su población es mayoritariamente rusófona, Crimea tiene una gran dependencia de Ucrania en lo que se refiere a los suministros de agua y electricidad.
En los últimos días, sus habitantes han sufrido varios cortes de luz.
“Claro que son molestos pero espero que sea algo temporal. Aún así, la situación es mucho mejor aquí que en el este de Ucrania. No es el fin del mundo. En los 90 ya tuvimos apagones y sobrevivimos. Todo irá bien”, decía una comerciante de Simferópol.
Otro revés para los habitantes de la península es la suspensión de los servicios de autobús y tren desde el continente.
Las autoridades ucranianas alegan motivos de seguridad y a partir de hoy los trenes y autocares que se dirijan a la capital de la península anexionada, Sebastopol, finalizarán su trayecto a las puertas de Crimea.