La sequía que sacude al sudeste de Brasil ha provocado que algunos de sus municipios hayan decidido cancelar la celebración del carnaval. Una fiesta
PUBLICIDADLa sequía que sacude al sudeste de Brasil ha provocado que algunos de sus municipios hayan decidido cancelar la celebración del carnaval. Una fiesta tan arraigada en la cultura brasileña que ha levantado ampollas y las críticas de muchos ciudadanos, que llevan preparando el evento desde hace un año.
“No creo que tres o cuatro horas de desfile de carnaval afecten a las reservas de agua. Para mí, ha sido una medida desafortunada, ellos no se dan cuenta de que Brasil es conocido por el carnaval”, dice el director de una escuela de samba, Pepe Carrascosa.
“Hemos cancelado el carnaval callejero para evitar que los turistas vengan a la ciudad y esté todo más tranquilo. No tenemos buenas condiciones para una gran celebración y una de las razones es la crisis hídrica”, explica el secretario de Cultura del municipio de Araras, Marcelo Daniel.
En un país tan grande como Brasil cuyo 80% de energía procede de las hidroeléctricas, la falta de agua es un problema grave. Algunos analistas calculan que la factura de luz podría aumentar un 55%.
Entre los Estados más afectados por la sequía, se encuentran los dos más poblados del país, Sao Paulo y Minas Gerais. Su capital, Belo Horizonte, ha empezado a tener problemas de suministro de agua.
Sin embargo, Brasil no se quedará sin el mayor de sus carnavales, el de Río de Janeiro, que atrae cada año a millones de turistas de todo el mundo.