Burundi reelige por tercera vez al presidente Pierre Nkurunziza en medio de la violencia en las calles, el boicot de la oposición y las acusaciones
Burundi reelige por tercera vez al presidente Pierre Nkurunziza en medio de la violencia en las calles, el boicot de la oposición y las acusaciones de falta de legitimidad de los resultados. La comisión electoral ha anunciado que ha obtenido un un 69,41% de los votos por el 19% del segundo, el líder del Frente Nacional de Liberación (FNL), Agathon Rwasa.
Diversas organizaciones africanas e internacionales habían instado a no celebrar estos comicios ante el temor de que el clima no permitiera cumplir los mínimos democráticos.
“Habíamos invitado a los observadores”, asegura el ministro de Exteriores, Alan Nyamitwe. “Si las organizaciones no quieren venir no depende del país que invita. No creemos que se deba ignorar o malinterpretar la elección hecha por el pueblo de un estado soberano”.
Las revueltas populares que comenzaron a finales de abril para protestar contra los planes de Nkurunziza de perpetuarse en el poder han costado ya la vida de más de 80 personas, e incluso hubo un intento de golpe de estado a mediados de mayo.
Más de 160.000 personas han huido de Burundi por miedo a la represión política y han buscado refugio en Ruanda, Tanzania y la República Democrática del Congo, según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El triunfo de Nkurunziza deja un Burundi dividido y que podría quedar aislado en el plano internacional. Estados Unidos y la Unión Europea podrían poner en práctica sus amenazas de reducir su ayuda o incluso de imponer sanciones al país africano.